Recordar a Robaina en Cuba es obigatorio en Festival del Habano

Editado por Maria Calvo
2025-02-28 10:07:17

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Don Alejandro Robaina

La Habana, 28 feb (RHC) Para muchos asistentes al XXV Festival del Habano es hoy obligatorio recordar al cosechero de tabaco cubano Don Alejandro Robaina, quien durante muchos años resultó animador principal de estas reuniones.

Precisamente, incluso, en vida tuvo una marca de puros Premium con su nombre, Vegas Robaina. De ahí que entre los papeles y recuerdos de este periodista, y bajo preguntas de muchos delegados a la actual edición del Festival, sea oportuno entresacar una entrevista con esta persona que vivió de 1919 a 2010, y aportó conocimiento y cultura al tabaco.

Robaina el más reconocido cosechero de tabaco de Cuba

Fallecido el 17 de abril de 2010, el más reconocido cosechero de tabaco de Cuba, Alejandro Robaina, brilló con su habitual sonrisa y esfuerzo.

Señala la entrevista de su momento: Su rostro cuenta con tantas huellas del sol como un marinero. Su expresión aporta la sabiduría del agricultor dedicado en vida y alma al tabaco, la hoja benefactora que se convirtió desde su niñez en juego, estudio, profesión y, sobre todo, alegría.

Don Alejandro Robaina Pereda tiene una vejez muy activa, de esas que dan envidia. Se considera un hombre feliz, un cubano muy especial que sin cursar estudios de diplomacia es, por derecho propio, el embajador del Habano, ese puro artesanal que todos los aficionados quieren fumar.

Estamos hablando de un buen amigo, conversador versátil, en quien se aglutina la fantasía campesina, la ocurrencia criolla y la seriedad en el trabajo. No por gusto es considerado el Mejor Cosechero de tabaco de Cuba, que es mucho decir.

Por demás, resultó como Hombre Habano del Año (Premio Habano, en ese momento se nombraba de esa manera) en la esfera de las comunicaciones en febrero de 2002, debido a su amplia ejecutoria en materia de promover los Habanos durante sus constantes viajes por el mundo.

Y tal es su fama, que en una oportunidad el famoso cantante pop Sting le pidió un autógrafo. El británico, fumador de puros, le admira como artesano de esas joyas vegetales.

Robaina, cuyo apellido aparece en una marca de puros cubanos, nació el 20 de marzo de 1919 en la provincia habanera de Alquizar debido al azar, pues su familia siempre tuvo desde el siglo XIX hacienda en las Cuchillas de Barbacoa, municipio de San Luis, provincia de Pinar del Río, la más occidental de Cuba.

De allí tuvieron que mudarse por malos tiempos y a donde regresaron. Esta familia se inició con Leopoldo Robaina y Jerónimo Pereda, en 1843, de Santander e Islas Canarias respectivamente, quienes compran las tierras que después laboraría Robaina hasta su muerte.

“El tabaco es parte de mi vida. Yo tuve oportunidad de haber sido un profesional, un doctor en medicina, de haber abandonado esto y dedicarme a los estudios, pero preferí el tabaco”, confesó a este periodista.

Los recuerdos de Robaina están muy ligados al humo del tabaco, a su aroma que disfruta, reconociendo el valor de su obra:

“Empecé a fumar a los 10 años, siempre escondido de mi padre, pues en aquel tiempo si me agarraban fumando tabaco… pero bueno, yo cogía unas hojitas y me las echaba en el bolsillo y cuando iba al campo me encendía mi tabaco y fumaba”.

Robaina siempre fue muy querido por su familia, vecinos y trabajadores de su finca; con sus recursos ayudó a impedidos físicos, patrocinó un asilo de ancianos, una escuela y siempre estuvo atento a las necesidades de amigos y familiares.

Las tierras de Don Alejandro Robaina producen unos 280 quintales de hojas de tabaco de alta calidad por año. Abarcan unas 15 hectáreas, que fundamentalmente se dedican al tabaco, aunque también a frijoles, a la cría de algunos animales.

En épocas pico de zafra cuenta con alrededor de 80 trabajadores, muchos de sus familiares y otros obreros agrícolas facilitados por el estado.

En la finca de Robaina se cultiva sólo capa para la exportación. Esa vega está dividida en seis partes donde sus familiares se dedican a cultivar tabaco a campo raso, mientras él lo hace bajo tela.

¿A qué atribuye su éxito? “Bueno,- respondió en ese entonces- lo primero al amor que le tengo a la tierra y al tabaco, cuando uno le tiene amor a una cosa la cuida y es lo que yo he hecho”.

Desde 1954 Alejandro Robaina recibe reconocimientos como mejor cosechero de tabaco. En aquellos momentos la Asociación de Cosecheros de Cuba lo nombró Mejor Productor. En 1998, se le galardonó como el mejor productor de tabaco de Cuba y en 2002 alcanzó el título de Hombre Habano del Año en la esfera de comunicaciones.

Desde que en 1997 apareció la nueva marca de habanos Vegas Robaina, el mundo cambió para este campesino, y por primera vez salió de su terruño al extranjero, a regañadientes. “En 1997 voy a Madrid. Ponte a pensar que yo soy un campesino, un hombre de la tierra, y verme en aquel público…

Fue muy impresionante para mí, la primera vez que salía de Cuba. Había tenido la oportunidad de haber salido, no como productor, sino en visita familiar, pero no lo hice parte por la bobería mía de que siempre quería estar en el campo, creía que si no estaba aquí no se producía”.

Robaina estuvo entonces en El Líbano, El Cairo, en Italia seis veces, en España recorrió muchos lugares, en Andorra, en México varias veces, Francia, Suiza, Rusia, Luxemburgo, Argentina. Siempre tenía por lo menos 25 invitaciones oficiales por año, de las que cumplía aproximadamente con dos por motivos de su trabajo y familia.

Una persona que siempre recordaba a amigos y conocidos, charlaba afablemente y estaba dispuesto a nuevas amistades, esa es la imagen más real que sobre este relevante trabajador del campo y figura significativa del turismo cubano queda en la memoria. (Fuente:PL)

 



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