La primera sacudida acabó con su sueño reparador; la segunda, lo sacó de la cama, pero cuando a las 3:30 de la madrugada del pasado domingo un sismo de 5.0 grados estremeció a la ciudad de Santiago de Cuba, José Ángel Morales, el director de la fábrica de helados Siboney, puso a buen recaudo a su familia y partió para su centro de labor.
Consciente de que la importante industria, que sostiene el orgullo santiaguero de disfrutar todo el año una gama de helados de calidad, puede convertirse en un peligro en situaciones como esta, pues se encuentra ubicada en el centro de la ciudad y manipula altos volúmenes de amoníaco, el directivo junto a su consejo de dirección implementaron desde entonces las medidas establecidas para estos casos en las entidades que manipulan sustancias químicas peligrosas.
«Inmediatamente se reforzaron los turnos de guardia de los operarios, cuatro en estos momentos; se alistaron los medios de protección como las caretas con filtro antiamoníaco y los trajes especiales, que se encuentran dispuestos en el área; y se procedió a desconcentrar la sustancia de la bala recolectora, de manera que las dos toneladas con que contamos en la actualidad se encuentren distribuidas en el sistema. Así, en caso de alguna emergencia, podremos cerrar las válvulas y evitar un escape.
«Todo esto sin detener la producción de los casi 7 000 galones de helados que diariamente entregamos a los Coppelia y otras unidades de la ciudad en una variada gama de surtidos».
La historia de la Siboney no es única en estos telúricos días. Los santiagueros, lo mismo en las casas que en los centros y diferentes sectores de la economía y entidades de la vida social, repasan las conductas establecidas por la Defensa Civil y adoptan todas las medidas posibles en aras de reducir las vulnerabilidades y proteger la vida humana en caso de la ocurrencia de un sismo de gran intensidad.
«Más que pensar en el alarmismo, lo que tenemos que hacer es implementar todas las acciones posibles que permitan reducir los riesgos», insiste por estos días el integrante del Comité Central del Partido y su primer secretario en la oriental provincia, Lázaro Expósito Canto, como siempre al frente de su pueblo, convencido de que vive un momento especial.
Mantener todas las actividades que rigen la vida de la ciudad y trabajar unidos, sin dejar de estar alertas ni de prever todo lo posible, es la convocatoria del momento.
Así, con la radio sintonizada en las emisoras locales que ofrecen lo mismo el dato del último evento perceptible que la orientación esclarecedora, santiagueros y santiagueras ponen empeño en garantizar lo que les toca en cada uno de los centros laborales.
Se disponen el combustible y los insumos, se crean condiciones para el funcionamiento de los servicios médicos en situaciones excepcionales, se buscan variantes para mantener las comunicaciones y garantizar el suministro de agua a la urbe, y las fuerzas del Ministerio del Interior se despliegan para la protección y seguridad de la población.
Se organiza cómo producir alimentos en condiciones extremas, se abastecen y protegen los grupos electrógenos que alimentarán la vitalidad de días difíciles, se desempolvan inventarios y solicitan al país suministros de velas, baterías. Se piensa en lo grande y en los detalles.
La economía y los servicios deben continuar funcionado para satisfacer las necesidades de la población, recalca el presidente de la Asamblea Provincial del Poder Popular, Reinaldo García Zapata, y habla de esmerarse en lo que se haga.
Las producciones de panes, dulces, galletas, conservas, el surtido de los mercados agropecuarios, las ofertas gastronómicas y actividades culturales siguen su curso y hasta se piensa en pintar un mural en aquella pared o retocar la cerca perimetral.
No se suspenden las clases, se incrementa la información y la orientación en las aulas y se definen rutinas para la protección de los pequeños en las instituciones educacionales, que han tenido incluso la oportunidad de ensayar en caliente, como sucedió en la tarde de este 21 de enero, ante la ocurrencia de otro evento perceptible.
En correspondencia con las orientaciones del Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil, ha explicado el teniente coronel Gustavo Álvarez Mato, representante de ese órgano en el territorio, se disponen los aseguramientos de las fuerzas y medios que pueden participar en las acciones de rescate y salvamento, respuesta y recuperación ante un sismo de gran intensidad, por los ministerios de las Fuerzas Armadas, del Interior, Economía y Planificación, Salud Pública, Transporte y Comunicaciones y por la Cruz Roja.
Se puntualiza la colaboración con otras provincias, se coordina la posible ayuda con medios y recursos por parte de los diferentes ministerios y organismos nacionales… y las tardes se llenan con paneles informativos y programas especiales del telecentro Tele Turquino, que orientan y enseñan.
Así se han escurrido los últimos cuatro días en este lado cubano. Sus hombres y mujeres, con sus dirigentes y la Defensa Civil a la cabeza, se han propuesto que ni las sacudidas perceptibles que han vuelto a sucederse por acá esta última jornada, ni la amenaza, les hagan perder la ecuanimidad. Por eso, hacen de la prevención y el empeño sus mejores defensas.
(Tomado del periódico Sierra Maestra)