Por: Jessica Arroyo
El presidente estadounidense Barack Obama durante su visita a Cuba, podrá conocer de la hospitalidad que caracteriza al pueblo de la mayor de las Antillas.
Un pueblo que disfruta de sus derechos y que puede exhibir, como señalara el canciller cubano Bruno Rodríguez en conferencia de prensa, logros que infortunadamente constituyen una quimera para muchos habitantes del planeta, a pesar de ser un país bloqueado y subdesarrollado.
Si tomamos en cuenta la historia de las relaciones con el vecino del norte, así como el momento actual de las mismas, no cabe duda de que genera expectativas, curiosidad, diferentes estados de ánimo y numerosas opiniones.
Por ello, Radio Habana Cuba conversó con Rene Barrios, presidente del Instituto de Historia de Cuba, quién cataloga de positiva y oportuna la visita del mandatario estadounidense.
“En la historia de Cuba había venido ya un mandatario norteamericano, es el caso de Calvin Coolidge, cuando asistió a la Conferencia Panamericana en el gobierno de Machado, un gobierno criminal que respondía totalmente a los intereses de los Estados Unidos. Otros mandatarios de esa nación llegaron al archipiélago en este período antes de la Revolución, pero a la zona que ocupa ilegalmente la base naval de Guantánamo, allí estuvo William Taff, no como presidente, estuvo mientras ocupaba silla en la Casa Blanca, Roosevelt en dos ocasiones y Harry Truman. Y después vino Carter y en esta ocasión en condición de presidente arriba Barack Obama”, señaló Barrios como antecedentes en las relaciones entre la silla presidencial norteamericana y Cuba.
Asegura que esta visita del presidente Obama a la mayor de las Antillas tiene muchos impactos y lecturas desde el punto de vista histórico.
“Para él, creo que ha sido una decisión audaz. Un hombre valiente a la hora de tomar la decisión de venir a nuestro país. Habría que ver, y yo como historiador siempre me lo pregunto, hasta dónde la valentía y la audacia política del presidente de los Estados Unidos responde a una política totalmente desinteresada y de restablecer unas relaciones o establecer unas relaciones con Cuba que nunca han existido a lo largo de la historia.
Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos han estado marcadas por la influencia del hegemonismo norteamericano sobre su traspatio, y su traspatio llámese América Latina, llámese Cuba ha sido una aspiración de ellos, a través del Destino Manifiesto, a través de la Doctrina Monroe, a través de la política de la Fruta Madura de John Quincy Adams, a través de todos los procónsules que le pusieron a cada presidente cubano, hasta el gobierno de Batista – Caferi- Mendieta; ya después los gobiernos auténticos fueron algo más independientes, pero igual con la influencia directa de los gobiernos norteamericanos. Y el último gobierno de Batista, un gobierno totalmente plegado a los Estados Unidos.
¿Hasta dónde hubo relaciones normales entre Estados Unidos y Cuba? Nunca la hubo, y yo me pregunto, hasta dónde habrá una relación normal entre Estados Unidos y Cuba con el gobierno de Barack Obama; si en el discurso, a pesar de los pasos de avance que significa el restablecimiento de relaciones, la visita del propio Obama, imperan elementos hegemónicos como: facilitar el cambio de gobierno en Cuba y facilitar, como lo llama él, la independencia de cuba con los contactos “pueblo a pueblo”.
Creo que es importante, y Obama a veces ha hecho manifestaciones de olvidar, cada vez más acudir a la historia para poder dar respuesta a los impactos que pueda tener el proceso de normalización de relaciones”.
Indicó además que esta visita posibilita el avance del proceso para la normalización de las relaciones bilaterales, lo que implicaría a su entender que el gobierno norteamericano de los pasos necesarios para eliminar todos los obstáculos que existen en la actualidad.
“Llamemos a estos, el Bloqueo, la Ley de Ajuste Cubano y la devolución de la Base Naval de Guantánamo. Si en el espíritu real de Obama está la eliminación de esos o establecer los pasos para la eliminación de esas tres leyes creo que será positivo.
También será positivo porque creo que los cubanos estamos preparados y nuestro pueblo desde el Triunfo de la Revolución, está muy preparado con la educación que ha recibido con ese espíritu que la Revolución siempre le ha inculcado de “lee, después cree”, o sea, para que la gente se cultive y estudien.
Al pueblo cubano le hace falta escuchar de primera mano que dice este presidente y ver, hasta dónde son transparentes realmente las intenciones de unas buenas relaciones, y hasta dónde esconde quizás algunos mecanismos y algunas intenciones del llamado “soft power” –poder blando- y la contrarevolución de nuevo tipo, que se trata de imponer el neoliberalismo a todos los países revolucionarios de América Latina “.
Agregó que con el contacto entre los dos pueblos se genera un enriquecimiento mutuo a partir de los innumerables puntos de contactos que poseen ambos.
“El pueblo norteamericano ha tenido una imagen estigmatizada del pueblo cubano y de la Revolución Cubana. No nos conocen. No saben quiénes somos a veces nos ven como mercenarios exportadores de revolución y no nos ven como lo que somos, hombres solidarios que somos capaces de compartir lo poco que tenemos en el resto del mundo. Creo que esto es importante también y la visita va a facilitar este contacto “pueblo a pueblo” y este conocimiento mutuo.