Por: María Josefina Arce
El 2019 marcó un recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos con la adopción de nuevas sanciones por la administración del presidente Donald Trump, pero también un creciente rechazo internacional a esa hostil política.
Es así que Cuba obtuvo una nueva y contundente victoria en la ONU. Por vigésimo octava ocasión la Asamblea General condenó y llamó a poner fin a esa unilateral medida.
Ciento ochenta y siete países votaron a favor del proyecto de resolución presentado por la nación caribeña sobre la necesidad de poner fin al bloqueo, que de abril de 2018 a marzo de 2019 dejó pérdidas al país por un monto de más de cuatro MIL millones de dólares.
De nada valieron las fuertes presiones y chantajes de Estados Unidos, pues su empeño de mantener el cerco económico solo contó con el habitual apoyo de su socio incondicional Israel, al que se sumó por primera vez el gobierno de Brasil, presidido por Jair Bolsonaro.
Los representantes de América Latina y el Caribe, Europa, Asia y África calificaron de irracional y obsoleta la postura de Estados Unidos, al tiempo que destacaron el carácter solidario de Cuba y su ayuda desinteresada a otros pueblos en materia de salud y educación,
En ese sentido la intervención de Bolivia conmovió por su fuerza, sinceridad y agradecimiento. El representante del estado plurinacional afirmó: “Pero esta sesión, es más que una muestra de solidaridad con Cuba, Es también un agradecimiento a la maravillosa solidaridad de Cuba con el mundo”.
La nota discordante: Estados Unidos, que intentó justificar lo injustificable y volvió una y otra vez sobre falsos argumentos, pero que además, mostró su menosprecio por el derecho internacional y el resto de las naciones que conforman el organismo unilateral.
La embajadora norteamericana Kelly Craft señaló que su país no reconocía el reclamo de la comunidad internacional en la defensa del levantamiento del bloqueo, al tiempo que señaló que el gobierno estadounidense no es responsable de lo que sucede en Cuba
En su intervención el canciller cubano, Bruno Rodríguez, con claridad y firmeza responsabilizó a Estados Unidos. En ese sentido afirmó: “Por casi seis décadas, Cuba ha sido víctima del sistema de sanciones más injusto, severo y prolongado que se ha aplicado contra país alguno. El gobierno de los Estados Unidos sí es responsable.”
Asimismo emplazó a Washington a explicar ante el organismo internacional las trabas que impone su política hostil a la compra de alimentos, medicamentos, a las relaciones comerciales, al desarrollo económico de Cuba.
El debate en la ONU estuvo marcado este año por un incremento cualitativo de las acciones de hostilidad y bloqueo contra Cuba. En mayo el gobierno del presidente Trump activó el Título Tres de la criticada Ley Helms Burton.
La legislación, cuya ejecución había sido suspendida por las administraciones anteriores, permite las demandas en cortes federales estadounidenses a compañías extranjeras que negocien con propiedades nacionalizadas por la revolución cubana, con total apego a las normas internacionales.
La decisión estadounidense provocó un amplio rechazo internacional. La Unión Europea recordó de inmediato a Washington que incumple acuerdos bilaterales, y puntualizó que ellos también cuentan con recursos legales para hacer frente a la agresividad de la Casa Blanca.
Numerosos gobiernos de otras naciones también condenaron la activación del Título Tres de la controvertida Ley Helms Burton por su carácter extraterritorial.
Esta acción estuvo acompañada por otras sanciones. El envío de remesas de Estados Unidos a Cuba se limitó a MIL dólares cada trimestre y se restringieron aún más los viajes por razones no familiares de estadounidenses al archipiélago, que ya por el bloqueo no pueden visitarnos como turistas.
En este camino se prohibieron los viajes para embarcaciones de todo tipo procedentes de Estados Unidos, lo que niega la posibilidad de que buques cruceros visiten nuestro país.
También se vetaron las transacciones financieras directas con las empresas que manejan las fuerzas armadas y los servicios de seguridad cubanos, como la aerolínea Aerogaviota.
Las sanciones a empresas y buques que lleven petróleo a Cuba registraron una gran escalada. En especial si estas embarcaciones proceden de Venezuela, país contra el que Washington desarrolla también una hostil política, en busca del derrocamiento del presidente constitucional Nicolás Maduro, y con el que Cuba mantiene una relación de amistad y solidaridad.
Pero en este recrudecimiento del bloqueo, Cuba no ha estado sola. Por eso no sorprendió la derrota de Washington en la ONU. En el debate de alto nivel que dio inicio en septiembre pasado al septuagésimo cuarto periodo de sesiones del organismo internacional se puso de manifiesto el rechazo del mundo al cerco económico, comercial y financiero.
En la Décimo Octava Cumbre de jefes de estado y de gobierno del MNOAL, efectuada en octubre pasado en Bakú, la capital de Azerbaiyan, el Movimiento de Países NO Alineados reiteró su condena a la adopción de sanciones unilaterales.
La visita a la Mayor de las Antillas durante este año de diversas personalidades de todo el mundo como los Reyes de España, el monarca de Esuatini, Mswati III, y los primeros ministros de Rusia, Dmitri Medvédev, y de Fiji, Josaia Voreque Bainimarama, evidencia el interés de otros países de fortalecer sus relaciones con Cuba.
Una postura confirmada también durante sus viajes a La Habana por la saliente Alta Representante de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la UE, Federica Mogherin, y de Joseph Borrell, entonces canciller de España y quien hoy ostenta esa cartera al frente del bloque regional.
La creciente participación foránea en la Feria Internacional de La Habana y en otros eventos como la Feria Internacional del Libro de La Habana y del Turismo son una muestra del rechazo mundial a una política que atenta contra la vida de los cubanos.
El levantamiento de la unilateral medida es también, una demanda que suma cada vez más simpatizantes en territorio estadounidense, como se ha evidenciado a lo largo del año con la celebración de jornadas de solidaridad con Cuba y las visitas de congresistas demócratas y republicanos.
Como afirmara el pasado 10 de octubre el presidente cubano, Miguel Díaz Canel, “a los cubanos nos esperan días intensos y desafiantes.... », pero Cuba no está sola. La solidaridad del mundo la acompaña en su lucha porque se ponga al genocida e inhumano bloqueo norteamericano y en sus aspiraciones de construir una sociedad más próspera y sustentable.