Por Wilfredo Alayón*
A 100 años de su natalicio, la impronta musical de Dámaso Pérez Prado sobresalió en los tres días del Coloquio Internacional por la efemérides de quien fue apodado el Rey del Mambo.
El evento tuvo diversas aristas teóricas, muy necesarias para comprender la grandeza de este compositor, que brilló en lo popular y también en obras con aliento sinfónico.
Un momento con gran carga emotiva fue la develación de tres placas en el frente de la casa natal de Pérez Prado, por artistas y amigos cubanos y latinos, como parte del programa del evento.
Las tarjas evocan al genial director e intérprete y fueron colocadas en el inmueble de la calle Rio número 166, entre las arterias San Carlos y Compostela, en esta urbe, a 100 kilómetros al este de La Habana.
Uno de los recordatorios fue a nombre del pueblo de Cuba, otro de sus amigos de México y Colombia, y el tercero de la Sociedad de Autores y Compositores de México, firmado por el compositor y cantante de ese país Armando Manzanero.
En la ceremonia de calle actuaron el quinteto de viento Atenas Brass Ensemble, la compañía Danza Espiral con un perfomance, artistas del teatro El Mirón Cubano, y las Estatuas Vivientes del grupo Renacer.
UNA PATERNIDAD INDISCUTIBLE
Aunque no fue profeta en su tierra, como reza el refrán, especialistas y los bailadores lo recuerdan por sus innegables aportes a la música popular.
Tuvo el mote de Pipo de niño, fruto de la unión entre el periodista Pablo Pérez y Sara Prado, directora de escuela primaria.
Su obra se empleó en los filmes mexicanos Coqueta, Amor perdido, Aventuras y Las tres alegres comadres; La dolce vita, del italiano Federico Fellini; y Kika, del español Pedro Almodóvar, entre otros.
En su numerosa lista de éxitos destacan los mambos números uno, cinco, ocho y nueve, y piezas como María Cristina, Mosaico cubano, Caliente y sabroso, Silbando mambo y la Suite exótica de las Américas.
A lo largo de su carrera artística, Pérez Prado (1917-1989) realizó numerosas giras por Argentina, Panamá, Venezuela, Estados Unidos, Filipinas y Japón.
Especialistas musicales mantienen, aún, una porfía sobre el creador de ese género bailable que contiene en su estructura momentos de canto.
Una parte señala a Orestes López, músico de la afamada orquesta de Arcaño y sus Maravillas; otros apuntan a Arsenio Rodríguez, apodado “el ciego maravilloso”, y un tercer grupo le da el beneplácito a Pérez Prado.
Lo que sí nadie discute y constituye una paternidad innegable, es que fue Dámaso quien popularizó por todo el orbe ese ritmo surgido en la década de 1940.
70 AÑOS DESPUÉS
La conferencia magistral Dámaso Pérez Prado: 70 años después, del investigador cubano Radamés Giró, inició el Coloquio Internacional sobre el emblemático músico.
Giró lo consideró como uno de los más grandes artistas en ese campo de Cuba, y señaló que en muchas ocasiones se olvida su cualidad de músico integral, que empleó en su trabajo autoral técnicas avanzadas.
Destacó la genialidad del homenajeado como compositor, y recordó que al nacer en Matanzas bebió de dos grandes ritmos oriundos de esta villa: el danzón y la rumba.
Supo darse cuenta de los efectos de su música en el público, a la que incorporó la gestualidad, añadió el musicólogo.
La clausura del Coloquio previó un baile mambolero; fragmentos teatrales, danzarios y poéticos, y esperó la llegada del 11 de diciembre, fecha del natalicio del homenajeado, fallecido en 1989 en la capital azteca.
El espectáculo nocturno, con la actuación de agrupaciones matanceras fue en la sala José White, en el centro histórico de esta localidad, con dirección de René Fernández, Premio Nacional de Teatro.
MAYORES CONOCIMIENTOS DE PÉREZ PRADO
El Coloquio internacional permitió conocer más sobre este genial intérprete, aseguró Ulises Rodríguez Febles, dramaturgo y director de la Casa de la Memoria Escénica de esta ciudad, en diálogo con Prensa Latina.
'Estuvieron muchos de los más importantes conocedores sobre el tema, entre ellos el mexicano Iván Restrepo, quien ofreció una conferencia magistral con diversos materiales audiovisuales', señaló.
Además, las realizadoras Gloria Torres y Ana Valdés Portillo estrenaron dos documentales, la primera sobre la polémica pregunta de la invención del mambo, y la segunda, sobre la relación con Matanzas, precisó.
'Creo que contribuyó a conocer un poco más a Pérez Prado, que fue un ídolo mundial de pueblo”, indicó Rodríguez Febles, presidente del comité organizador de la cita.
Junto con la poetisa Yanira Marimón, el teatrista es coautor del libro: Mambo qué rico é, é, é, y autor de la pieza Yo soy el rey del mambo, estrenada por Conjuro Teatro (México), bajo la dirección de Dana Stella Aguilar.
“Fue un reto, pero estamos satisfechos con el resultado. El público estuvo atento todo el tiempo a la puesta en escena”, destacó Aguilar.
Centenario de Pérez Prado, ¡Qué rico suena el mambo!
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