Persiste voluntad de diálogo entre gobierno colombiano y Ejército de Liberación Nacional

Édité par Maria Calvo
2016-11-02 15:09:58

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foto:archivo

por Guillermo Alvarado

A pesar de las dificultades aparecidas cuando ya todo indicaba que era inminente el inicio de las negociaciones de paz entre el gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, la segunda fuerza insurgente en ese país, ambas partes reiteraron hace pocas horas su firme voluntad de no  abandonar la mesa de diálogo bajo ninguna circunstancia, lo cual alimenta las esperanzas de que ese proceso avance.

Cuando ya estaba pactado que el 27 de octubre comenzaría en Ecuador la fase pública del encuentro entre los dos contendientes, el presidente Juan Manuel Santos decidió suspenderla y exigió la liberación inmediata del diputado Odín Sánchez, quien está en poder de la guerrilla desde hace unos seis meses.

El grupo rebelde reaccionó con sorpresa ante esta medida porque, aseguró, ya había un acuerdo acerca de la entrega de todos los retenidos en el transcurso de la primera ronda de negociaciones, que debería durar 45 días.

Un comunicado del ELN señala que la decisión de Santos es una medida de presión arbitraria e indebida y que viola lo acordado entre las dos delegaciones. No obstante los insurgentes afirmaron que, aún en medio de las dificultades, continuarán buscando la paz para Colombia.

Desde 2013 ambas partes admitieron la realización de contactos para un eventual diálogo, si bien fue hasta 2016 que se formalizaron los encuentros tras una etapa de avances y retrocesos, que en la prácticaaún continúa.

El ELN inició sus acciones armadas en 1965 en el municipio de Simacota, en Santander, y un año después en ese mismo departamento murió en combate uno de sus integrantes más conocidos, el sacerdote católico Camilo Torres, convertido en una figura emblemática no sólo de esta organización, sino de muchos que luchan por la justicia social, la igualdad y el cese de la explotación.

Otro religioso devenido insurgente, Manuel Pérez, fue el jefe máximo de la agrupación desde 1970 hasta 1998, cuando falleció por una enfermedad en las selvas colombianas.

Antes de este último intento de diálogo, el grupo guerrillero inició conversaciones para una eventual paz con los gobiernos de Belisario Betancur, César Gaviria y Ernesto Samper, pero ninguno de estos esfuerzos fructificó.

Tras el acuerdo firmado por el gobierno de Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo,  actualmente en un limbo jurídico tras la imposición del No en un plebiscito para ratificarlo, numerosos sectores consideran imprescindible negociar con el ELN para garantizar una paz completa en esa hermana nación sudamericana.

La cancillería de Ecuador ratificó esta semana su disposición para albergar estos encuentros en cuanto las partes decidan llevarlos a la práctica.

Todo el mundo está a la expectativa de que el gobierno del presidente Santos ofrezca una muestra de buena voluntad, que sería acorde con su recién estrenado Premio Nobel de la Paz, y elimine una traba absurda e inútil para iniciar cuanto antes este proceso, que constituye un anhelo de su pueblo y una esperanza para la comunidad internacional.
 



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