Por: Roberto Morejón

En busca de más orden, eficiencia y de un comercio interno sustentable, los cubanos buscan ideas y sugerencias, tanto del personal en la economía doméstica como de invitados foráneos.

Con ese propósito se convocó a la primera Convención de Comercio, Cuba 2017, en la que investigadores, ejecutivos y técnicos locales y extranjeros aportarán a fructíferos intercambios sobre el papel y seguridad del comercio y los servicios.

El Ministerio de Comercio interior es vital porque tiene a su cargo programas de impacto social como la venta de materiales de la construcción e insumos agrícolas, los servicios gastronómicos y de recreación y los establecimientos minoristas.

Para gestionarlos deben incorporarse modalidades comerciales apropiadas teniendo en cuenta las circunstancias de un país pobre, sometido al bloqueo estadounidense y urgido de responder a las necesidades de la economía y la población.

Los ejecutivos y demás personal del comercio interno se interesan por la aplicación efectiva de los estudios de mercado, la administración de los recursos humanos y la participación de las formas NO estatales, en expansión en esta esfera.

Precisamente, la gastronomía y los servicios pasan crecientemente a la gestión de cooperativas NO agropecuarias, sin que el Estado cubano pierda la propiedad sobre inmuebles y principales medios de producción.

Está por abrirse un nuevo espacio de relaciones entre las entidades bajo propiedad estatal y las cooperativas, y de ellas con las iniciativas enteramente privadas, también en auge, pues más de medio millón de personas ejercen el autoempleo.

Los estrategas insisten en que para potenciar el desarrollo económico, aun en medio de innegables limitaciones, debe accederse a mecanismos comerciales modernos, afines a los requerimientos internos.

Entre esos aprestos figuran ampliar el comercio mayorista, aún por debajo de la demanda de los trabajadores por su propio arbitrio, y llegar a un sistema de acopio y ventas de renglones agropecuarios que cumplimente los reclamos de los clientes.

El comercio interno en Cuba también presenta dificultades por la mala rotación de inventarios, problemas logísticos y el insuficiente mantenimiento de muchas instalaciones.

Con las técnicas y procedimientos comerciales adecuados y el ahorro de recursos se podrán cumplir los compromisos de servicios del año.

Esas obligaciones asociadas a la ejecución de los planes productivos abonarán el camino hacia la confección del plan económico nacional de 2018.

Ese derrotero se diseña desde ahora teniendo en cuenta un reajuste de los indicadores de gastos en niveles inferiores al plan de 2017, ante las restricciones de liquidez del país y las dificultades de algunos de los principales socios comerciales.