Por: María Josefina Arce

Antes de 2006, año en que Evo Morales llegó a la presidencia, el desempleo en Bolivia sobrepasaba el ocho por ciento de la población con edad laboral, de ahí que una de las prioridades del nuevo gobierno fuera reducir esa tasa y dar oportunidades de empleo a todos, en especial a los jóvenes.

Los programas puestos en marcha en esa dirección por el presidente Morales han tenido un gran impacto en la sociedad y hoy la nación sudamericana cuenta con el índice de desempleo más bajo de América Latina.

De acuerdo con el Ministerio boliviano de Economía, la tasa de desempleo en el área urbana registró una disminución sustancial en los últimos doce años y hoy es menor a un cinco por ciento.

La estabilidad del crecimiento económico del país andino, que se ha mantenido cercano al cinco por ciento, unido a la política gubernamental de generar nuevos puestos de trabajo ha posibilitado que disminuya el número de desempleados.

Sin embargo, este fenómeno sigue golpeando a mujeres y jóvenes por lo que las autoridades han dedicado una especial atención a estos sectores, como parte de su meta de reinsertar a todos en la sociedad y garantizar la elevación del nivel de vida de todos los ciudadanos.

Es así que en la última década Bolivia ha desarrollado varias iniciativas como “Mi primer Empleo Digno” y el Programa de Apoyo al empleo, que se puso en marcha en noviembre de 2012 para incrementar las oportunidades de inserción laboral bajo la premisa “el país se construye con los Jóvenes”.

Asimismo desde el pasado año se implementó el Plan de empleo para jóvenes, cuyo objetivo es reducir el desempleo en ese sector a 2,7 en los próximos años. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas en doce meses se generaron unas 58 mil 296 actividades laborales, tanto directas como indirectas.

Santiago Farjat, director de la institución, comentó que este proyecto, dirigido a un rango de edad de entre 18 y 35 años, superó el objetivo inicial de propiciar 40 mil empleos, en gran medida debido a la estabilidad económica y a la inversión pública del país.

La iniciativa comprende dos modalidades: una dirigida a quienes no tuvieron la posibilidad de continuar sus estudios y otra destinada a los que sí pudieron llegar hasta un nivel técnico, licenciatura y postgrado.

En el primer caso se desarrolla un curso de capacitación y un taller de orientación vocacional para determinar así, cuáles son las aptitudes de los jóvenes e incorporarlos a la actividad que se sientan cómodos.

Fuentes oficiales señalaron que las áreas que más generan empleos son el comercio, la industria manufacturera, el sector de alojamiento y comida y la construcción.

El plan cuenta con un fondo para incentivar la contratación de personal joven por el empresariado y que cubre el 30 por ciento del salario entre once y seis meses y cuenta con bonos y aguinaldos.

Los jóvenes que se han acogido a este plan ejercen en la actualidad actividades formales, con contratos y aportes, en los que tienen garantizados sus derechos laborales.

Implementar políticas públicas que lleven a la creación de nuevos puestos de trabajo y garantizar así, la reinserción de todos en la sociedad y la elevación de su bienestar es una meta del gobierno del presidente Evo Morales, que no descansa en la búsqueda de nuevas iniciativas que favorezcan a los sectores más vulnerables.