Los cómplices de una infamia

Édité par Maite González Martínez
2020-02-18 08:03:26

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El relator especial de la ONU sobre los derechos humanos en Palestina, Michael Lynk. Imagen ilustrativa / UnWatch.

Por: Guillermo Alvarado

La Organización de las Naciones Unidas publicó una lista con los nombres de 112 empresas, la mayoría israelíes pero también de países occidentales, que operan y obtienen beneficios económicos en territorios palestinos ocupados, lo que viola la legalidad internacional.

Desde hace décadas, pero sobre todo a partir de la llamada “guerra de los seis días” de 1967, el Estado sionista aplica una política de creación de asentamientos sobre suelos que legalmente pertenece a otro pueblo.

En la actualidad suman 240 esas colonias, edificadas al costo del robo de tierras, la destrucción de viviendas, cientos de miles de desplazados, así como la construcción de muros y puntos de control que limitan la libertad de desplazamiento.

De esta manera Israel destruye sistemáticamente la base material para la creación del Estado Palestino.

Para consumar esta infamia, colaboran numerosas corporaciones, algunas muy conocidas en el ámbito económico y comercial, como la francesa Alstom, dedicada a la rama ferroviaria; y la agencia virtual de viajes de Luxemburgo, eDreams.

También se mencionan Motorola Solutions, General Mills, Booking y Expedia, además de un par de firmas estadounidenses dedicadas al turismo.

El relator especial de la ONU sobre los derechos humanos en Palestina, Michael Lynk, dijo que la nómina se había elaborado y publicado para instar a las empresas a mantener una conducta acorde con las garantías fundamentales de las personas.

Por supuesto que la difusión de este listado causó una iracunda reacción en Tel Aviv, donde se le consideró como una “capitulación” de la ONU ante lo que señalaron como presiones de países y organizaciones “que buscan perjudicar a Israel”.

Para nada reconocen los miembros del gobierno sionista que la situación de los más de 600 mil israelíes asentados en Cisjordania y Jerusalén oriental carece de cualquier amparo legal, porque su presencia allí es simple y llanamente un robo de territorios ajenos.

Y si los llamados “colonos” son ilegales, también lo son las empresas que se radican en dichos lugares, de donde sus propietarios legítimos fueron expulsados por la fuerza, cuando no asesinados.

La divulgación de estos nombres es oportuna, porque ocurre cuando el primer ministro Benjamín Netanyahu se dispone a expropiar el Valle del Jordán, la tierra más fértil de Palestina, con el apoyo de su incondicional aliado, Estados Unidos, y su presidente, Donald Trump.

Personajes estos que, no sé si dios los cría, pero indudablemente el diablo los junta.



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