Por: Guillermo Alvarado

La patológica necesidad de decir mentiras del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, su gobierno y sus amistades, parece exacerbada en estos tiempos de pandemia de Covid-19, cuando una vez más la Revolución Cubana ha sido blanco de todo tipo de embustes y calumnias.

Para muestra voy a utilizar tres de las más groseras falsedades, donde quedan reflejadas no sólo la ruindad sino la estulticia, tanto de quienes las propalan como de aquellos ingenuos o ignorantes, o ambas cosas, que se las creen.

Recientemente la revista Newsweek publicó un artículo, basado en presuntas declaraciones de un imaginario miembro del pentágono, sobre supuestas operaciones de narcotráfico ejecutadas entre Venezuela y Cuba.

Cuba rechazó esta calumnia total e infundada, pero además todos saben que el principal productor y exportador de drogas ilícitas de la región es Colombia, no Venezuela. De esto hay abundante información fácil de consultar.

Unos días después el subsecretario de Estado interino para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak, aseguró que el año pasado su gobierno vendió a Cuba medicamentos por varios millones de dólares.

O este señor delira, o fumó algo que no debía. La única empresa que en Cuba compra insumos para la salud se llama Medicuba y no existe allí un solo documento que  certifique una operación así. Si Kozak no se ha enterado, se lo informamos: su país impone a Cuba un brutal bloqueo económico, comercial y financiero que incluye medicamentos que podrían salvar muchas vidas.

En este aluvión de tonterías, circuló hace poco en las redes sociales el bulo de que la brigada médica cubana que trabaja en Italia había sido expulsada de allí por supuesta  ineptitud. Imagínense ustedes que uno de los que divulgó semejante bestialidad en la región fue el abogado chileno, furibundo anticomunista y defensor a ultranza de la constitución de Pinochét, Camilo Cammás Brangier, quien en su mensaje da crédito al libelo de extrema derecha italiano “La Nuova Bussola Quotidiana”.

Este medio, dizque católico y muy cristiano, se opuso en reiteradas ocasiones al arribo de la brigada médica cubana a Italia para atender a los enfermos de Covid-19 y da voz,  además, a contrarrevolucionarios venezolanos, entre ellos la “periodista” Marinellyz Tremamunno.

Al contrario de lo que diga esta gente, los especialistas cubanos han sido tan apreciados en la nación europea que una segunda brigada partió hacia allá para brindar su ayuda contra la virulenta enfermedad.

La mentira es una pandemia tan grave como el coronavirus y se contagia a la misma velocidad que la ignorancia, así que póngase a salvo amigo. No salga de su casa y aproveche estos días para informarse bien.