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Por: Roberto Morejón

El sistema docente cubano debe recibir un reconocimiento si apreciamos el corolario de un estudio comparativo aplicado en 16 países, por cuenta de una estructura relacionada con la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe, de la UNESCO.

La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura cumple una de sus misiones al velar por la marcha de la instrucción, y en ese propósito detectó que NO hay avances en la región al sur del Río Bravo desde 2013.

La investigación realizada por el Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación refiere que incluso un año antes de la pandemia de la Covid-19, más del 40 por ciento promedio de los estudiantes de tercer grado y más de 60 por ciento de los de sexto, no alcanzaban en el subcontinente el nivel mínimo de competencias primordiales en Lectura y Matemática.

Los niños y niñas de la mayor de las Antillas sobresalen en ese universo al situarse sobre la media regional en la mayoría de las áreas evaluadas, sin presentar brechas de género en Matemáticas y Ciencias.

Factores asociados contribuyen a tales aciertos en Cuba, reconoció la UNESCO, por el apoyo de las familias al proceso de aprendizaje, el amplio acceso a la educación preescolar y el tiempo dedicado por los colegiales al estudio durante la semana.

Los análisis realizados al amparo de la UNESCO constituyen motivo de complacencia para los pedagogos cubanos, quienes, no obstante, impulsan la tercera fase de perfeccionamiento del sistema nacional de educación.

Todavía resta en la nación caribeña enfatizar en una mayor aprehensión de los alumnos de valores insustituibles como la honestidad, el desprendimiento, el amor a la patria y el respeto a los adultos.

Aun en medio de estrecheces materiales pues no todas las escuelas pueden tener el nivel de mantenimiento constructivo esperado, ningún infante queda marginado.

Así ocurre cuando en busca de la nueva normalidad y gracias a un mejor control del curso de la pandemia por el nuevo coronavirus, Cuba retomó el año lectivo 2020-2021 de modo presencial, con el distanciamiento adecuado entre sillas y pupitres, lo que obligó a hallar variantes para que nadie quedara al margen.

En esas circunstancias inusitadas, los hombres y mujeres del mañana reciben en Cuba una instrucción con indudables garantías.