Más de 660 mil muertes ha provocado la dolencia en el gigante suramericano
Por: María Josefina Arce
Brasil es uno de los países del mundo más afectado por la Covid-19. Ampliamente cuestionada ha sido desde la aparición de la enfermedad causada por el nuevo coronavirus la gestión del gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
Más de 660 mil muertes ha provocado la dolencia en el gigante suramericano, muchas de las cuales, de acuerdo con los expertos, se podían haber evitado si la respuesta gubernamental hubiera sido otra .
De hecho el pasado año una Comisión de Investigación del Senado calificó de "macabra" la estrategia desarrollada por las autoridades durante la pandemia, que ha afectado a cerca de 31 millones de brasileños.
El irresponsable accionar del ultraderechista presidente le ha valido cuatro denuncias ante la Corte Penal Internacional. Una de ellas fue presentada en julio de 2020 por profesionales brasileños de la salud.
Los trabajadores sanitarios afirmaron que el presidente cometió fallas graves y de consecuencias mortales con su actitud ante la emergencia sanitaria mundial. Apuntaron que Bolsonaro ponía en riesgo a toda la población.
También fueron interpuestas en ese órgano denuncias por crímenes contra la humanidad y actos que conducen al genocidio de las comunidades indígenas.
Ahora el Tribunal Permanente de los Pueblos juzgará la próxima semana al mandatario brasileño por crímenes de lesa humanidad en la gestión de la Covid-19 y sus ataques a las minorías y a la democracia.
En Roma, sede de la entidad, y en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sao Paulo se desarrollará simultáneamente el proceso, ante la denuncia presentada por varias organizaciones como la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos Dom Paulo Evaristo Arns, la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil y la Coalición Negra por los Derechos.
Fundado en 1979 el Tribunal Permanente de los Pueblos es un órgano de opinión, sin efectos condenatorias desde el punto de vista jurídico, pero que visibilizará al mundo la errática e insensible estrategia seguida por Bolsonaro, que suma también sus constantes ataques contra la democracia en Brasil.
No olvidemos que desde el inicio de la emergencia sanitaria mundial, Bolsonaro mostró una actitud negacionista, restó importancia a la dolencia, promocionó medicamentos contra la COVID 19 cuya eficacia no estaba probada, como la cloroquina, y retrasó la compra de vacunas.
En medio del avance del virus en territorio brasileño, los grandes olvidados fueron los pueblos originarios. A su suerte fueron dejadas las comunidades indígenas, que adoptaron su propia estrategia para evitar la propagación del virus.
Sin embargo, sus esfuerzos fueron violentados por el apoyo de Bolsonaro a la invasión por madereros, mineros y colonos de las tierras indígenas, lo que llevó a que la Covid-19 se extendiera.
El ex capitán del ejército apuesta a ser reelegido en los comicios generales de octubre venidero, pero, aunque ha ido ganando terreno en las encuestas, sus aspiraciones chocan con su pésima gestión en todos los sentidos, no solo ante la Covid-19, los constantes reclamos de los brasileños en su contra y un fuerte rival, el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva.
