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Por Roberto Morejón

Un acontecimiento en una parte de las familias cubanas se registra actualmente, al crear condiciones óptimas para que alumnos de duodécimo grado accedan a los exámenes de ingreso a la educación superior.
 
Con pruebas en Matemáticas, Español e Historia, los estudiantes ponen a prueba los conocimientos y habilidades adquiridas en la enseñanza media superior y todo su trayecto escolar.
 
Se trata de un intento serio y responsable de pasar a los estudios de nivel superior, donde las exigencias son mayores, lo que requerirá de un gran esfuerzo individual y de apoyo familiar.
 
Para el país representa un paso determinante para nutrir las especialidades universitarias de un nuevo alumnado, deseoso de abrirse paso en instituciones que imparten clases y transmiten valores.
 
El Ministerio de Educación Superior tiene un gran peso en los planes del país para contar con graduados más capaces y comprometidos con su superación individual y el avance de la economía, artes, pedagogía, ciencia e innovación.
 
En esa cuerda, el Ministerio anunció cambios para los próximos cursos escolares, en correspondencia con la actualización del modelo económico y social de la nación caribeña, con una mayor autonomía de los municipios.
 
Aseveran los expertos que buscan transitar el proceso de arribo a las Universidades desde una óptica estrictamente nacional a otra de mayor participación territorial.
 
Se trata de armonizar el concepto de brindar oportunidad de estudio a todos con las urgencias de profesionales en la base.
 
Con esa perspectiva comienza desde este año lectivo un procedimiento en tres provincias, donde los canales hacia los centros de altos estudios estén en sintonía con los intereses de los territorios.
 
De esta forma la Educación Superior en Cuba se aproxima aún más al reclamo de que aporte cada año un mayor número de profesionales imprescindibles en los municipios, según sus características y requerimientos.
 
En todos los casos, se mantienen en la mayor de las Antillas los mismos principios en el camino de los jóvenes a las Universidades, o sea, rigor, transparencia y ubicaciones según lo ganado en los exámenes.
 
Muchos jóvenes de esta nación caribeña se ponen ellos mismos a prueba luego de arduos meses de adiestramiento, al cabo de lo cual es muy posible que puedan matricular especialidades de su preferencia.