Noboa se convertirá en el presidente más joven de Ecuador. Foto: El Periódico
Por María Josefina Arce (RHC)
Con una alta inseguridad como trasfondo, los ecuatorianos acudieron a las urnas este domingo y eligieron como nuevo presidente al centroderechista Daniel Noboa, de Acción Democrática Nacional, quien tendrá por delante una tarea bien compleja.
Noboa recibe un país cercado por la violencia, con una difícil situación económica y en manos del FMI, Fondo Monetario internacional, y sus draconianas políticas de ajuste que crean descontento en la población.
El millonario empresario, quien sorpresivamente se coló en el balotaje, obtuvo 52, 29% de los sufragios y de ese modo se impuso a su contrincante Luisa González, de Revolución Ciudadana, que logró 47,71%.
Más de 82 % de la ciudadanía acudió a las urnas, en una jornada en la que fueron desplegados casi 100 mil policías y militares y que contó con la presencia de observadores extranjeros y nacionales.
Las elecciones anticipadas en Ecuador han sido inéditas en muchos aspectos, como el empleo por primera vez del mecanismo constitucional denominado muerte cruzada y una crisis de seguridad nunca antes vista.
Es así que el actual proceso ha estado marcado por todo tipo de acciones violentas, incluso contra candidatos a la presidencia como el caso de Fernando Villavicencio, asesinado el pasado 9 de agosto, días antes de la primera vuelta electoral.
Este es un problema que se ha ido agudizando en los últimos meses y al que se enfrentará el presidente electo.
En lo que va de año en territorio ecuatoriano se han reportado más de cinco mil 300 crímenes, una cifra que ya rebasa con creces los 4 mil 600 registrados el pasado año y que fue considerado el más sangriento de la historia de esa nación.
Expertos ecuatorianos señalan que esta situación es una muestra del fracaso en las medidas de seguridad del gobierno del presidente Guillermo Lasso, pues no se trata de darle más balas a los policías, sino de establecer políticas públicas completas para toda la sociedad.
Y precisamente, Noboa se encuentra un país donde la pobreza y la desigualdad han vuelto a alcanzar altos niveles, luego de que de 2007 a 2017, bajo el gobierno de Rafael Correa, se redujeran notablemente, gracias a un aumento del gasto social y a reformas económicas e institucionales.
Pero la llegada de Lenín Moreno a la presidencia significó el retorno al modelo neoliberal y el regreso del FMI, lo que ha llevado a medidas de ajuste que han repercutido negativamente en la población, situación que se agravó con la pandemia de la COVID 19 y la política en la misma línea seguida por su sucesor Guillermo Lasso.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo, hasta junio del presente año la pobreza se situaba en 27%, y la pobreza extrema en casi 11%. Solo tres de cada 10 ecuatorianos tenían un trabajo formal.
La economía tampoco atraviesa un buen momento. Los expertos estiman que al concluir el año el déficit fiscal llegará a los cinco mil millones de dólares, casi 4% del Producto Interno Bruto.
Noboa, quien se convertirá en el presidente más joven de Ecuador, culminará el mandato de Guillermo Lasso hasta mayo de 2025, aunque ya ha manifestado su intención de volver a postularse en ese año.
Por lo pronto contará con muy poco tiempo para dar solución a los graves problemas que enfrenta el país, sin olvidar que defiende los intereses de la derecha, del neoliberalismo y el empresariado.
