Por: Sandra Valle

Una luz en el túnel para América Latina es, sin dudas, la asunción a fines del 2019 del nuevo gobierno en Argentina, liderado por Alberto Fernández y Cristina Fernández, ganadores por el Frente de Todos de las elecciones del 27 de octubre.

Aunque las estadísticas daban por hecho el triunfo de la dupla luego de los comicios primarios de agosto último, no dejaron de ser aún más gratificadores los resultados oficiales para quienes estuvieron duramente castigados por las políticas neoliberales del presidente Mauricio Macri.

El representante peronista Alberto Fernández se impuso con 48 coma cero tres por ciento de los votos, superando al entonces gobernantes que buscaba la reelección con el espacio Juntos por el Cambio, que sumó solo 40 coma 44 por ciento de los sufragios.

Con la promesa de sacar a Argentina de la crisis, el Frente de Todos ganó también en importantes distritos del país, entre ellos, la estratégica provincia de Buenos Aires que ahora será conducida por el político, docente e investigador argentino Axel Kicillof, quien anteriormente ejerció como ministro de Economía durante el gobierno peronista de Cristina Fernández.

Igualmente con el nuevo gabinete argentino comenzó un nuevo ciclo en el Congreso Nacional, que renovó 130 puestos en la Cámara de Diputados y 24 en el Senado, este último bajo  la conducción de Cristina Fernández, quien en su rol de vicepresidenta será la nueva jefa de la cámara alta.

En el caso de la Cámara de Diputados, Juntos por el Cambio, la alianza que representa al ex presidente Mauricio Macri, dominará con 119 asientos, 10 más que los distintos bloques que conforman el peronismo.

Haciendo un recuento de lo acontecido a lo largo del año, vale resaltar que desde sus inicios ya se avistaba el rumbo  que tomaría el país sudamericano ante los elevados índices de inflación, pobreza, desempleo, una verdadera catástrofe económica que le pasó la cuenta al presidente Macri en las urnas.

Con pasos apresurados, a solo cuatro días después de asumir el poder,  el nuevo gobierno argentino decretó  el 14 de diciembre por un término de 180 días la doble indemnización ante casos de despidos sin causa en el sector privado y la emergencia ocupacional, a fin de amortiguar la difícil situación en la esfera laboral castigada severamente por los ajustes económicos del gobierno de derecha.

Otra iniciativa urgente del presidente Fernández fue la puesta en marcha de medidas para garantizar en Argentina el aborto no punible, como fijar un plazo de 10 días para su ejecución, sin modificar la ley que prohíbe la interrupción libre del embarazo.

Dos días antes de su victoria, el 25 de octubre, Alberto Fernández se comprometió a aplicar la ética de la solidaridad y tenderle la mano a los 15 millones de pobres que Macri  dejaba atrás.

Las nuevas autoridades del país austral recibieron en 2019 una economía en recesión, con una profunda crisis de confianza,  sin acceso a financiamiento y con un leve déficit fiscal primario, y con un acuerdo todavía vigente con el Fondo Monetario Internacional, con el cual tiene una deuda millonaria.

Intentar sacar de la pobreza a más de 35 por ciento de la población, un nivel no visto en años,  poner en marcha las fábricas y que retornen al trabajo aquellos que quedaron sin empleo,  estarán entre las prioridades del nuevo Gobierno, que también se propone defender la salud, la ciencia y la educación pública como eje básico para el desarrollo de la nación sudamericana,

Estallidos sociales en países hermanos de Sudamérica como Ecuador, Chile, Bolivia, Colombia matizaron en el 2019 el triste panorama regional, donde le tocará a la Argentina de San Martín levantar banderas junto a naciones como Venezuela en la nueva etapa de lucha emancipadora que se avecina frente a las presiones de Estados Unidos y la oligarquía que tristemente renace.

Coincidentemente, para una gran mayoría,  el triunfo del binomio de Alberto Fernández y Cristina Fernández  llega como una bocanada de aire  puro en la lucha que dan hoy países hermanos, en la reconstrucción de la Patria Grande que soñaron los grandes de Latinoamérica.