Por: Lorenzo Oquendo.RHC.
Venecia, ciudad del norte de Italia, está en completa recuperación después del impacto climático que provocó la subida de nivel de agua a 190 centímetros con fuertes daños humanos y materiales.
Es una de las peores inundaciones de estos tiempos en esa comunidad flotante italiana donde más del 80 por ciento de la superficie se cubrió de agua originado por formación ciclónica de vientos superiores a 120 kilómetros por hora.
Esa situación anormal climática ocasionó la pérdida de dos personas una de ellas un hombre de 78 años que murió electrocutado al entrar el agua a su casa, además de centros económicos y sociales altamente afectados.
Es realmente un resultado de cambio climático en ese desastre ambiental de Venecia como ocurre en otras ciudades y pueblos del mundo a partir de irregularidades atmosféricas emanadas de la quema de combustibles fósiles.
Actualmente más de 11 mil científicos en el mundo manifiestan que continuará el sufrimiento humano por las adversidades del clima si no se adoptan las medidas correspondientes, como reducir la contaminación ambiental de dióxido de carbono y otras proliferaciones de gases que provocan el cambio climático.
Los especialistas científicos igualmente calificaron de emergencia climática esta situación actualmente en el mundo con pérdidas del hielo polar, sequías extremas, deforestaciones y subidas del nivel del mar entre otras anomalías.
En la primera conferencia sobre cambio climático que celebró Ginebra, Suiza, en 1979 los científicos asistentes manifestaron la amenaza del cambio climático con advertencias a gobiernos y corporaciones acerca del requerimiento de adoptar medidas contra esos impactos y cumplirlas con eficiencia para salvar a la Humanidad de una catástrofe ambiental.
Otra de las situaciones se presentan actualmente en el Mar Menor que es la mayor laguna salada de Europa donde recientemente aparecieron muertos miles de peces y crustáceos por falta de oxígeno que disminuye por absorciones de dióxido de carbono, además de contaminaciones que recibe ese espacio de agua que procede de trabajos agrícolas con utilización de nitrato en sus cultivos y vertimientos de fábricas industriales.
Realmente un directo ataque climático contra la ecología.
