Predicen expansión de huracanes y tifones hacia ciudades como Nueva York, Boston, Beijing y Tokio

Édité par Bárbara Gómez
2022-01-04 19:27:20

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Las evidencias marcan que los eventos podrían intensificarse a medida que las temperaturas aumenten en el planeta, como resultado del denominado cambio climático. Foto: Archivo

Un nuevo estudio sugiere que el siglo XXI verá una expansión de huracanes y tifones en regiones de latitud media en las cuales no se registran habitualmente estos fenómenos, incluyendo a ciudades importantes como Nueva York, Boston, Beijing y Tokio.

Investigadores de la Universidad de Yale y otros centros académicos han concluido en un estudio publicado en la revista Nature Geoscience que los ciclones tropicales se movilizarán hacia el norte y el sur en sus respectivos hemisferios a lo largo del siglo XXI, provocando la multiplicación de fenómenos extremos como huracanes y tifones.

Los mismos se registrarían en zonas de latitud media que no se ven afectadas en la actualidad por estos eventos, incluso en grandes urbes como Nueva York, Boston, Beijing y Tokio.

De acuerdo a una nota de prensa, los fenómenos ocurrirán en un rango más amplio de latitudes que todo lo observado en la Tierra durante los últimos tres millones de años, generando un proceso que supone un riesgo trascendente y hasta el momento subestimado, según indican los científicos.

Las evidencias marcan que los eventos podrían intensificarse a medida que las temperaturas aumenten en el planeta, como resultado del denominado cambio climático.
Se sabe desde 1980

Ya en la década de 1980, uno de los autores del nuevo estudio había indicado en una investigación previa que los conceptos de la termodinámica clásica permiten predecir tormentas más intensas si las temperaturas siguen incrementándose en la Tierra, una predicción que ha sido comprobada por los registros meteorológicos. Sin embargo, existen otros aspectos que inciden en el comportamiento de los ciclones tropicales y que aún no poseen una teoría basada en la física que permita explicarlos.

En términos generales, un ciclón tropical es un sistema de tormentas que se caracteriza por una circulación cerrada alrededor de un eje de baja presión, generando fuertes vientos y copiosas lluvias. La enorme energía de los ciclones tropicales, capaces de destruir ciudades enteras, proviene de la condensación de aire húmedo.

Aunque la ciencia ha estudiado a fondo estos devastadores fenómenos, no existe aún un consenso en la comunidad de especialistas en cuanto a las causas que podrían determinar su incremento en las próximas décadas, como así tampoco con respecto a la magnitud de dicho aumento. Por lo pronto, se sabe que la Tierra experimenta aproximadamente 90 eventos de este tipo cada año.

Evidencias de un futuro incremento

Aunque la ciencia ha estudiado a fondo estos devastadores fenómenos, no existe aún un consenso en la comunidad de especialistas en cuanto a las causas que podrían determinar su incremento en las próximas décadas. Foto: Archivo

Sin embargo, los científicos estadounidenses a cargo de la nueva investigación sostienen que existen múltiples líneas de evidencia que indican el impacto en el futuro de más ciclones tropicales en latitudes medias, incluso si la frecuencia total de los ciclones tropicales no aumenta considerablemente. Esto supone un riesgo mayor al habitual, porque las tormentas afectarían a zonas que no están preparadas para soportar esta clase de fenómenos extremos.

Los expertos explicaron que los ciclones tropicales se forman en latitudes bajas que poseen acceso a aguas cálidas de los océanos tropicales, alejadas de las llamadas corrientes en chorro, que son bandas de viento que atraviesan el planeta de oeste a este. Estas corrientes generan un efecto cortante, que inhibe la formación de ciclones.

Por efecto de la propia rotación de la Tierra, los grupos de tormentas eléctricas se combinan y giran para formar los vórtices, que luego se transforman en ciclones tropicales. Si las temperaturas del planeta continúan incrementándose, durante los meses de verano podrían crearse divisiones en las corrientes de chorro, provocando que las latitudes medias quedan expuestas a los ciclones al igual que las zonas bajas.

Más allá de las contradicciones que parecen existir entre los modelos de la física en torno a esta clase de tormentas y las predicciones meteorológicas, los científicos concluyeron que es crucial llegar a un punto de acuerdo para poder abordar a tiempo el problema, generando las medidas necesarias para disminuir su impacto. (Fuente: Cubadebate).



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