París 2024

París, 25 jul (JIT).- Los días previos a la inauguración de los Juegos Olímpicos con sede en esta ciudad, prevista para este viernes, han proporcionado cierto alivio a los organizadores, quienes han tenido en las acostumbradas altas temperaturas de esta época del año una de sus grandes preocupaciones.

No obstante, los temores que generan las condiciones climáticas no se han disipado por completo. Los pronósticos extendidos indican que en ciertos días, a lo largo de todo el certamen, las temperaturas superarán los 30 grados Celsius, con valores mayores de sensación térmica.

El Comité Organizador de París 2024 promocionó la justa como la más ecológica de la historia, y se trazó la meta de reducir a más de la mitad las emisiones de carbono a la atmósfera registradas en las citas de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016.

La tarea llevó a “desterrar” por completo la climatización en su concepto de villa olímpica, que fue sustituida por un novedoso sistema de refrigeración a partir de tuberías de agua fría debajo de los pisos, muy similar al utilizado en el Museo del Louvre. Esta idea, además de un aislamiento especial incorporado en los edificios, debería mantener las habitaciones seis grados por debajo de la temperatura ambiente.

Sin embargo, la estrategia no convenció a los directivos de varias de las delegaciones participantes, como las de Estados Unidos, Reino Unido y Australia, que expusieron la intención de viajar con sus propios equipos portátiles de aire acondicionado como única garantía para el bienestar de sus competidores.

Aunque en un principio los organizadores se mostraron contrarios a esta posibilidad, terminaron cediendo y encargaron 2 500 aparatos de aire acondicionado para ponerlos a disposición de los participantes durante su estancia en la moderna urbanización.

EL “ENEMIGO” TAMBIÉN EN LAS PISTAS 

Un informe publicado en la recta final hacia París 2024, y que recoge experiencias de deportistas y expertos en el cambio climático, disparó las alarmas sobre lo que pudiera suceder en las competencias más exigentes de la cita estival.

Bajo el nombre Anillos de fuego: riesgos de calor en los Juegos Olímpicos de París 2024, el estudio aborda el problema que significa el sostenido aumento de las temperaturas para la práctica del deporte de alto rendimiento, a partir del análisis realizado por reconocidos especialistas de la Universidad de Portsmouth, en Alemania.

La investigación hace referencia a la mortal ola de calor que azotó Francia en 2003 y sus daños, así como a los récords de temperaturas registrados en años posteriores, que superaron los 42 °C.

Subraya, además, el alto riesgo que representaría el calor extremo durante el certamen olímpico, teniendo en cuenta que la temperatura promedio a principios de agosto ha aumentado 3,1 °C desde 1924, cuando la capital francesa fue sede por última vez. Y de acuerdo con el organismo de meteorología galo, en todo el país se han pronosticado este año condiciones más cálidas de lo normal entre mayo y julio.

La pesquisa da continuidad a otro informe similar, publicado en vísperas de la edición de Tokio 2020, que trascendió como «la más calurosa de la historia». Entonces, las temperaturas superaron los 34 °C y la humedad alcanzó casi el 70 %, lo que llevó a graves riesgos para la salud de los competidores. 

En la capital nipona se vivieron escenas sobrecogedoras, al punto que algunos participantes, como el tenista ruso Danil Medvedev, llegaron a plantear su miedo de sufrir un golpe de calor en la cancha que pusiera en peligro sus vidas.

Según los investigadores, los Juegos de París cuentan con el potencial de superar esas experiencias, ya que el cambio climático impulsado por la quema de combustibles fósiles sigue propiciando que aumenten las rachas de calor récord en los últimos meses. 

El año 2023 fue el más caluroso registrado por el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la UE, y 2024 ha continuado la racha. Abril del presente año pasó a los libros como el más cálido a nivel mundial con respecto al mismo mes de temporadas anteriores.

«Dado que las temperaturas globales siguen aumentando, el cambio climático debería verse cada vez más como una amenaza existencial para el deporte», expuso el británico Sebastian Coe, presidente de World Athletics, y uno de los directivos que colaboró en el estudio.

HABLAN LOS PROTAGONISTAS

Los deportistas no han ocultado sus preocupaciones sobre esta problemática y expuesto sus experiencias al competir y entrenar en condiciones cada vez más cálidas y húmedas.

«Sabemos que el calor extremo es un asesino silencioso entre la población general, y que incluso con preparación e intervención previas, aún puede ser riesgoso para los atletas», dijo el marchista australiano Rhydian Cowley, uno de los que aportó al estudio.

«Ser atleta se trata del arte de superar tus límites lo suficiente para aprovechar al máximo tu cuerpo. Cuando una variable como el calor o el humo de los incendios forestales entra en la ecuación, altera ese equilibrio y puede ser difícil saber dónde está el límite. Ya hemos visto mucho de esto en los últimos años, desde cosas tan simples como atletas que abandonan una carrera hasta problemas de salud más graves, como atletas que se desmayan por un golpe de calor durante una competencia, y seguirá empeorando en número y gravedad con el aumento de las temperaturas», consideró el campeón estadounidense de lanzamiento de disco, Sam Mattis, con experiencia olímpica en la cita de Tokio 2020.

Para la australiana medallista de bronce en la jabalina de Tokio, Kelsey-Lee Barber, resulta llamativo lo rápido que los atletas han tenido que adaptarse a condiciones de alto calor, tanto en el entrenamiento como en la competencia.

«Creo que es preocupante la rapidez con la que esto se ha convertido en realidad, y si bien nos hemos adaptado a la probabilidad de competir en calor extremo, el panorama más amplio de por qué lo estamos experimentando no se está abordando. Simplemente se ha aceptado y se ha planificado», apuntó.

De momento los organizadores han tomado nota de las advertencias y adoptado medidas, entre esas el inicio en tempranas horas de la mañana de las pruebas más exigentes y desgastantes, como la maratón y las marchas en el atletismo, y el triatlón, entre otras.

Mientras tanto, muchos esperan que no se cumplan los dramáticos pronósticos.