París, 14 marzo (PL) El primer ministro Edouard  Philippe compareció hoy ante la nación y declaró la fase de epidemia nacional ante el rápido avance del coronavirus COVID-19 y ordenó el cierre de los comercios y servicios no esenciales para la vida del país.

Las nuevas medidas llaman a los franceses a respetar las indicaciones de las autoridades, ante un patógeno que en los últimos tres días duplicó los casos, hasta llegar a 4 mil 500, con 91 decesos y 300 personas graves, ingresadas en reanimación.

Observamos una acelerada propagación del virus y en algunas regiones un incremento importante de los pacientes graves, advirtió.

Philippe informó que a partir de esta medianoche y hasta nueva orden quedarán cerrados todos los centros públicos no indispensables, como cines, bares, restaurantes, cafés y discotecas.

Las instalaciones de venta de alimentos, las farmacias y los bancos mantendrán el servicio, al igual que el transporte urbano, dijo el primer ministro, quien criticó que las medidas iniciales no se aplicaron de manera correcta.

'La inmensa mayoría de los científicos afirman que el distanciamiento social constituye la acción más efectiva', subrayó.

En su intervención, el gobernante insistió en la urgencia de actuar de manera disciplinada en Francia, lo que se traduce en evitar al máximo las reuniones y encuentros familiares y en no utilizar el transporte público, a menos que sea necesario 'para ir al trabajo o votar'.

Después del primer ministro, se dirigió al país el director general de Salud, Jérome Salomon, quien explicó que la situación es de epidemia, con una circulación rápida e intensa de la COVID-19.

Respecto a las regiones más golpeadas por el nuevo coronavirus, mencionó a Córcega, el Gran Este, Borgoña, la Isla de Francia (Región Parisina) y Ródano-Alpes.