Quito, 28 abr (RHC-PL) Miembros de la expedición científica ''En canoa del Amazonas al Caribe'', protagonizada por latinoamericanos hace 30 años, participaron en un Simposio Internacional realizado en la Casa-museo Oswaldo Guayasamín, uno de los lugares donde se gestó la travesía y punto de partida de los expedicionarios en 1987.
En el evento, que reunió a cerca de un centenar de personas entre ponentes de Ecuador, Cuba, México y Perú, científicos de diversas disciplinas y estudiantes universitarios, se presentaron ponencias, preguntas y respuestas sobre los saberes de los pueblos originarios, el viaje de 14 meses en cinco canoas que partió de Napo y terminó en el Caribe y las lecciones en el plano científico y de vida dejadas por la travesía liderada por el geógrafo cubano, Antonio Núñez Jiménez.
Durante todo el día se presentaron alrededor de una docena de trabajos, desde las vivencias personales de la expedición contadas por quienes tuvieron el privilegio de participar, hasta tópicos relacionados como la Amazonía en general, la historia, la parte etnográfica y antropológica, y el medioambiente de todo el territorio cubierto, 17 mil 422 kilómetros.
'Lo importante es que en esta coyuntura mundial, donde se intenta desestabilizar gobiernos progresistas, no se pierda la memoria histórica, ni los procesos de integración como el vividos por los integrantes de la expedición, hecha netamente por latinoamericanos', resaltó a Prensa Latina Yumac Ortíz, hija del arqueólogo ecuatoriano Lenin Ortíz, uno de los expedicionarios.
Este evento y todo el programa conmemorativo de esa gesta heroica, que culmina el domingo, es una forma de seguir fortaleciendo el espíritu de unidad, de sentirnos orgullosos de nuestro patrimonio porque hay mucho que aportan desde nuestras nacionalidades indígenas y que el mundo debe saber, añadió la organizadora del encuentro por la Corporación Pro Cultur.
Pablo Guayasamín, hijo del 'Pintor de Iberoamérica', Oswaldo Guayasamín, padrino de la expedición y diseñador de su estandarte, se mostró agradecido por la oportunidad de acoger el Simposio y revivir un poco aquella aventura, que coordinaron su padre, Lenin Ortíz y el geógrafo cubano, la cual involucró a más de 280 personas e incluyó 20 países del continente.
'Para nosotros, quienes vivimos o participamos de alguna manera en esa etapa, como es mi caso, son emociones que no se borrarán jamás y que necesitamos transmitir a las nuevas generaciones, porque una juventud sin memoria es el acabose definitivamente, y debemos estar orgullosos de lo que nuestros ciudadanos han hecho y lo que los jóvenes pueden hacer en el futuro', precisó.
A su juicio, el valor de esa gesta radica en que un grupo de soñadores quisieron y lograron mostrar al mundo parte de la historia y el potencial de América Latina y sus pueblos originarios, llenos de cultura, tradiciones y sabiduría ancestral.
En ese camino, los hallazgos arqueológicos, antropológicos y geográficos se fundieron con el redescubrimiento de rutas y prácticas milenarias, acotó.
La travesía iniciada en el Río Napo, de la provincia homónima, concluyó 14 meses después, en junio de 1988, en San Salvador, archipiélago de las Bahamas.
El caudaloso río Amazonas, el Orinoco y finalmente el Mar Caribe, fue la ruta desarrollada alrededor de un centenar de científicos, artistas, cineastas y técnicos, quienes junto a colaboradores y naves de apoyo, civiles y militares conformaron todo el equipo.
La Fundación Oswaldo Guayasamín, el Ministerio de Cultura y Patrimonio, la Fundación Antonio Núñez Jiménez de Cuba y la embajada de ese país caribeño en Quito, son los principales impulsores del programa de actividades que reúne a científicos de entonces con estudiosos de la obra y el legado del investigador líder de la travesía.