La Habana, 16 ago (RHC) Los nuevos avances en nuestro conocimiento de la biología del Aedes Aegypti y su control fue el tema que unió en un oportuno simposio a científicos cubanos y norteamericanos, quienes intercambiaron y compartieron experiencias sobre los retos y desafíos que enfrentan ambos países, el mundo, y la región de las Américas en particular; en cuanto a la vigilancia de los mosquitos, las nuevas tecnologías y la genética para el control de este vector, entre otros aspectos.
El encuentro –que formó parte del programa del XV Curso Internacional de Dengue–, tuvo como sede el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) y fue organizado además de por esta institución, por la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), el Instituto de Investigación de la Malaria Johns Hopkins y la Academia de Ciencias de Cuba, precisa el diario Granma.
Para Peter Agre, de la Universidad Johns Hopkins, Premio Nobel de Química y presidente del simposio por la parte norteamericana, este encuentro constituye una gran oportunidad para la ciencia.
«El valor más grande que tiene Cuba es el intelecto de sus jóvenes y el interés de sus científicos de desarrollar nuevas cosas. Ellos están mirando hacia el futuro, pueden resolver cualquier problema», dijo Agre, al tiempo que insistió en la relevancia del tema abordado.
Rush D. Holt, de la AAAS, precisó a Granma que es esta «una importante conferencia, en un país además importante, en la cual los científicos cubanos y norteamericanos tienen mucho que decirse. Y más allá del tema que se discute también es relevante porque permite estructurar intercambios. La colaboración entre los científicos de Estados Unidos y Cuba se remonta a un siglo atrás y no se ha detenido aunque durante muchos decenios se ha visto impedida. Este evento es importante entonces no solo por lo que se discute, sino por el ejemplo que le da al mundo, y queremos ser portavoces de ese ejemplo, de que la colaboración es relevante, posible, y una de las condiciones necesarias para que la ciencia pueda abrirse paso».
«Hombres como Fidel Castro, el Che, y otros, ya lo habían dicho, la base para el progreso humano es la ciencia. Pero, para que los científicos y la ciencia florezcan tienen que haber algunas condiciones, por ejemplo, el intercambio de ideas y de opiniones, estándares de integridad en la aplicación y la práctica de la ciencia, un adecuado apoyo tanto del gobierno como de la sociedad. En este sentido, la organización triple A es la más importante en el mundo en términos de membresía, y está dedicada a defender estas condiciones en las cuales la ciencia, los científicos, pueden desarrollarse», dijo Holt.
El doctor Sergio Pastrana, de la Academia de Ciencias de Cuba, manifestó que su institución se viste de gala para este simposio y recordó que desde el año 2009 el doctor Peter Agre inició un proceso de intercambio que gradualmente fue haciéndose más intenso, y el cual, si bien llevaba años, estaba latente, pues desde 1997 la ACC ha mantenido una relación directa con la AAAS.
En el año 2014, dijo, ambas instituciones firmaron un memorando de entendimiento que estableció un programa para avanzar a una cooperación, mediante la cual pudieran establecerse puentes de relación científica entre investigadores de los dos países. Para ello, dijo, nos concentramos primero en avanzar en tres áreas: las neurociencias, donde ya habían existido una serie de intercambios previos, la investigación sobre cómo convertir el cáncer en una enfermedad crónica no transmisible, y las enfermedades transmisibles. «Tenemos la suerte de que este puente ha ido creciendo y ensanchándose».
Este intercambio es una vía necesaria para realizar esas integraciones que nos piden los pobladores de las Américas, con el fin de controlar las enfermedades transmitidas por los vectores, y buscar soluciones precisas ante esta creciente problemática, sostuvo por su parte el doctor Manuel Romero, director del IPK.