La Habana, 8 nov (RHC) Con la construcción del Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear que se proyecta hoy en la ciudad de El Alto, Bolivia se consolida en la medicina nuclear.
Entre los objetivos de ese instituto está el diagnóstico y tratamiento temprano de pacientes con cáncer y padecimientos cardiacos y neurálgicos.
El emplazamiento de un Centro Ciclotrón Radiofarmacia Preclínica, en el distrito ocho de la ciudad de El Alto, extenderá la disponibilidad de la radiomedicina para los cientos de bolivianos que padecen enfermedades no transmisibles, según un informe boletín de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear.
La medicina nuclear utiliza agentes radiofármacos que normalmente se inyectan en el torrente sanguíneo del paciente y emite energía en forma de rayos gamma, que son detectados por una cámara especial y una computadora para crear imágenes del interior del cuerpo.
De acuerdo con estudios científicos, estos radiofármacos no causan daño al organismo humano y permite detectar de forma preventiva y no invasiva la enfermedad, lo que significa que no existen consecuencias dañinas en el momento de pronosticar la mejor manera de tratar las patologías.
La medicina nuclear proporciona información única que a menudo no se puede obtener utilizando otros procedimientos.
El Centro e Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear de Bolivia, cuya construcción está a cargo de la empresa estatal rusa Rosatom, contará también con un reactor de agua a presión de baja, potencia de hasta 200 kilovatios, una planta multipropósito de irradiación gamma. Además de instalaciones de ingeniería y varios laboratorios.
Tal reactor tiene una baja potencia y opera con una pequeña cantidad de material nuclear, lo que descarta la influencia radioactiva en el medio ambiente en caso de algún incidente.
El ciclotrón radiofarmacológico estará adaptado para los estudios médicos y varios laboratorios científicos de análisis con neutrones activos, radioisótopos, radiobiología y plasma.
La institución abrirá el camino a esta nación hacia el uso de las tecnologías atómicas en la ciencia, medicina, geología, agricultura y otros ámbitos.
La puesta en marcha de las primeras instalaciones, que demandarán más de 300 millones de dólares de inversión, está prevista para 2019 y la vida útil del centro es 50 años; después de ese período, el reactor debe modernizarse.
(PL)