Por Lorenzo Oquendo
La Habana, 9 jul (RHC) En el mundo continúa el aumento de consumos energéticos a partir de combustibles fósiles a pesar de alertas y demostraciones de que la existencia humana es incapaz de sobrevivir a un momento definitivo de implosión ambiental motivada en extremos por el dióxido de carbono y los demás gases invernaderos en la atmósfera.
Los acuerdos de París fundamentan que la temperatura global no alcance dos grados centígrados, sin embargo las grandes transnacionales de trabajo empresarial permanecen en la búsqueda de combustibles fósiles con perforaciones en el subsuelo para incrementar reservas de carbón, petróleo y gases que posibilitan las violencias ambientales del cambio climático.
Los representantes de estas transnacionales son opuestas al tránsito de fuentes renovables de energía que limiten primero y dejen después esos registros subterráneos petrolíferos, aunque conocen ciertamente el peligro que para la Humanidad constituyen las extracciones de combustibles fósiles.
Simplemente el financiamiento millonario invertido para investigaciones y exploraciones mineras en la búsqueda de otros yacimientos debe destinarse al desarrollo de energías limpias de contaminación para renovar el actual sistema perjudicial al medio ambiente.
El acuerdo de París entró en vigor en noviembre del 2016 donde los países firmantes comprometieron objetivos para reducir emisiones de gases de efecto invernadero, propósito que aún está sin apreciarse convenientemente en las propias naciones que rubricaron ese compromiso, incluso Estados Unidos una de las naciones ampliamente emisora de gases contaminantes dejó el acuerdo de París por considerarlo el presidente del gobierno inconveniente para los negocios económicos.
Recordar que los gases contaminantes son perjudiciales directamente a la existencia humana, aspecto considerado por la Organización Mundial de la Salud como prioridad fundamental de atención por la severidad de afectaciones en los sistemas respiratorio y cardiocirculatorio de las personas, además de otros daños a la salud.
Por tanto la situación climática en nuestros tiempos continúa apremiante ante la insuficiencia de medidas que enfrenten el calentamiento global que influye directamente en los desajustes del entorno natural del mundo donde habita la vida humana y especies de la Naturaleza que comenzaron a recibir impactos ambientales con sus emigraciones a otras zonas de mejor convivencia, zonas por supuesto en permanente disminución para recibir esas migraciones naturales que estarán impedidas entonces de continuar peregrinaciones de salvamento natural.
Así, de real no maravilloso y sí de preocupante es nuestro mundo de ahora ante irregularidades del cambio climático.