“Es la primera cosecha de banano en Holanda. Jamás se había producido en este país en esa escala”.
La fruta que el científico Gert Kema obtuvo en su laboratorio es única. Y no solo por ser la primera producida en suelo holandés.
Kema logró su cosecha sin usar tierra, en un intento por combatir uno de los grandes enemigos de las plantaciones de banano: el llamado “mal de Panamá” , causado por un hongo que se transmite en el suelo.
La enfermedad “es una amenaza para la producción mundial de banano”, señaló a BBC Mundo Kema, profesor de patología de plantas tropicales en la Universidad de Wageningen, en Holanda.
“Así quelo que hicimos fue sacar al banano del suelo. Y las plantas crecieron muy bien con la aplicación de nutrientes”.
Fibras de coco y roca
Kema cultivó 60 plantas de banano en invernaderos.
Y en lugar de tierra utilizó dos tipos de sustratos,fibra de coco (que se obtiene de la cáscara del coco) y lana mineral o de roca (fibras obtenidas de roca basáltica).
De esta forma Kema evitó la presencia del hongo que causa el mal de Panamá.
“No se trata de bananas hidropónicas porque las raíces no están en una solución en base a agua”, señaló el científico.
“Agregamos nutrientes a través de irrigación por cuenta gotas“.
Cultivar bananas en un medio artificial permite controlar cada aspecto del proceso y evita pérdida de nutrientes, de acuerdo a Kema.
“Es un ejemplo de agricultura de precisión, que permite crear una separación mayor entre las plantas para que reciban más luz y maduren más rápido”.
Amenaza
Las bananas son un alimento esencial en la dieta de cerca de 400 millones de personas en el mundo, según la Universidad de Wageningen.
Y hasta ahora no ha sido posible contener la expansión del mal de Panamá o fusariosis del banano, que viene afectando fundamentalmente a países en Asia y África.
La enfermedad, que lleva el nombre de Panamá porque fue detectada allí por primera vez, aniquiló la banana más exportada en los años 50, la variedad Gros Michel.
El mal de Panamá es causado por el hongo Fusarium oxysporum. Es un patógeno muy difícil de combatir porque nace en la tierra y se propaga muy fácilmente con el agua y las partículas de barro, especialmente gracias a zapatos sucios, ropa y herramientas sucias. El mal no puede ser controlado con fungicidas.
Tras la desaparición de la banana Gros Michel, los productores se centraron en otra especie llamada Cavendish, más pequeña y menos sabrosa, pero más resistente y también más apta para exportaciones al no ser tan susceptible a golpes.
Sin embargo, las bananas Cavendish no son resistentes a variantes del hongo denominadas TR4 o raza tropical 4.
Pruebas en Filipinas
¿Podría el método de Kema ser aplicado a mayor escala, incluso en América Latina?
“Potencialmente sí, la plantación en sustratos ya se usa mucho en horticultura, por ejemplo en tomates y pepinos”, señaló el patólogo vegetal a BBC Mundo.
“Creo que este método tiene mucho potencial y permitirá evitar pérdidas por enfermedades o pestes”.
“Podría contribuir al manejo del mal de Panamá y de otras enfermedades transmitidas por el suelo que amenazan la producción mundial”.
Chiquita, la empresa suiza de producción y distribución de banano, expresó interés en el trabajo de Kema.
“Realizamos una prueba en Filipinas en estrecha colaboración con Chiquita“, señaló Kema a BBC Mundo.
“Esperamos realizar otros tests, aún no hemos decidido donde. Y nos interesaría mucho hacer pruebas en alguna región del mundo afectada por el hongo TR4”.
(Tomado de BBC Mundo)