Por: Lorenzo Oquendo
Como conocemos, al término del mes de enero un fuerte tornado azotó a La Habana, capital de Cuba, con devastador impacto material y humano concentrado en cuatro municipios extendido al este del territorio habanero donde se realizan continuados trabajos de recuperación.
Ese fenómeno atmosférico surgió de acuerdo con especialistas meteorológicos de una linea de tormentas eléctricas severas prefrontales delante de un frente frío que causó amplia afectación territorial.
Al valorar ambientalmente este y otros tornados ocurridos en el mundo es significativo determinar su vinculación con el cambio climático y el calentamiento global que provocan los gases de efecto invernadero.
Realmente, aún los científicos están por definir si existe conexión entre la ocurrencia de tornados y el ascenso de temperaturas ambientales, evaluación concentrada actualmente en investigaciones para determinar entre otras cuestiones por qué algunas tormentas eléctricas son originarias de tornados y otras no.
Sin embargo, la práctica real asume al cambio climático como causante de los huracanes que a diferencia de tornados son detectables y predecibles a partir del calentamiento de las aguas del mar para directa formación de tormentas.
Entonces especialistas y científicos continúan investigaciones dirigidas a conocer especificamente si a medida que aumenta el calentamiento global aparecen formaciones de tornados como relación atmosférica ambiental.
Ordinariamente es conocido que los tornados tienen épocas que no están definidos con los aumentos de calor ambiental, aspecto que puede tener relacion de vínculos todavía sin demostración científica pero de continuada observación que posibiliten definitivos resultados.
Los tornados son violentos torbellinos de aire y vapor de agua surgidos a partir de nubes de tormentas en desarrollo vertical que contacta en superficie sólida con apariencia de un enorme embudo de polvo y tierra junto con diversos materiales arrastrados por la intensidad de vientos contenidos en esa masa envolvente.
Estos tornados ocurren, como es reiterado, asociados a tormentas prefrontales, frentes fríos e inmersos en la circulación de ciclones tropicales, muy difíciles de predecir por su rápido desarrollo y reducido diámetro de formación.