Por: Lorenzo Oquendo
Sistemáticamente el mundo recibe noticias sobre desastres ocasionados a los pueblos y por supuesto contra las personas por impactos del cambio climático que continúa en aumento con el calentamiento global que provocan gases de efecto invernadero al absorver radiaciones energéticas solares y extenderlas al interior y superficie de la tierra.
Así transita el planeta tierra por estos tiempos de mayores huracanes, tornados, inundaciones marítimas, olas de calor, pérdida de la biodiversidad, de arrecifes corales oceánicos, sequías extremas y tormentosas lluvias, que incluyen constantes migraciones humanas y de especies de animales hacia otras regiones de mayor posibilidades benéficas ambientales.
De eso se habla poco, pero quiénes hablan poco? Pués represetantes de las empresas transnacionales que trafican carboníferamente el comercio y producciones industriales con el objetivo de mantener negocios gananciales económicos a partir directamente de la quema de combustibles fósiles.
Y en relación con los gases de efecto invernadero es preciso recordar que el aumento diariamente del dióxido de cárbono en la atmósfera es simultáneamte captado por los oceanos que entonces se convierten en áreas marítimas ácidas con las consecuencias inimaginables para especies marinas y los propios humanos que habitan turísticamente en los mares.
En estos aspectos del cambio climático no se trata de alarmar específicamente sino de alertar del momento en que estamos y de la situación real de impactos no solo a partir de fenómenos ambientales, sino de la propia salud humana ante las enfermedades y denutrición que provocan los eventos climáticos.
Estamos en un constante avance de la temperatura ambiental a tres grados centígrados muy por encima de los dos establecidos en los acuerdos de París sobre el cambio climático donde no se avizora una decisión satisfactoria que pueda salvar al mundo de una catástrofe en esta etapa crucial para el futuro del Planeta.