La Habana, 19 jul (RHC) Considerados uno de los fenómenos meteorológicos más impresionantes que existen y de los más destructivos en la faz de la Tierra, los tornados suelen tener movimiento errático y caótico, que los hacen impredecibles.
Estos eventos son columnas de aire en rotación, conectados en su tope superior a una nube de tormenta de tipo cumulonimbo y en su base a la superficie terrestre, y a pesar de no permanecer mucho tiempo activos, provocan graves daños donde se producen, entre otras causas por moverse a grandes velocidades.
El aire que hay más cerca del suelo se acelera a medida que se mueve hacia el eje de rotación, conformando y cerrando desde abajo la estructura de embudo del tornado.
Para clasificarlos se utiliza la escala de Fujita, que permite diferenciarlos según el daño que provocan. Por ejemplo, los EF0 suelen rondar los 105-137 kilómetros por hora (km/h) y provocar perjuicios leves; en cambio los más intensos, de categoría EF5, pueden superar los 322 km/h, arrasar casas desde los cimientos, dañar estructuras de hormigón y destruir todo a su paso.
El tornado que más muertes ha provocado desde que se tienen registros se produjo el 26 de abril de 1989 en Bangladesh, donde mil 300 personas perdieron la vida y unas 80 mil quedaron sin viviendas.
Mientras el de mayor tamaño observado en nuestra época ocurrió en 2013 en la localidad de Reno, en el estado de Oklahoma, Estados Unidos. Con categoría EF5, el evento meteorológico llegó a medir más de cuatro kilómetros de diámetro y sus vientos superaron los 470 km/h.
También existen tornados sobre el mar, pero en ese caso se denominan mangas o trombas marinas. Su diferencia es que en su base no tienen tierra sino agua pero el proceso de formación es el mismo.
Algo muy curioso: realmente estos fenómenos son totalmente invisibles, aunque se puede ver la forma de embudo porque las corrientes arrastran partículas de polvo y humedad a su paso. (Fuente: Prensa Latina)