Foto: Cortesia de la entrevistada
La Habana, 16 may (RHC) Una vivienda ubicada en la zona rural de La Sierrita, en la provincia cubana de Cienfuegos, que ganó recientemente el Premio Nacional de Conservación de Monumentos 2021, no deja de asombrar a expertos que sacan ahora a la luz las novedades atesoradas en la casona con casi un siglo de existencia.
Clara Soto, directora de la Oficina de Monumentos y Sitios Históricos en este territorio, explicó que la casa fue construida en 1929 por un hacendado español asentado en Trinidad, quien trató de encaminar en las montañas cienfuegueras un negocio de leche y queso, mediante el desarrollo del ganado, y en menor medida el cultivo de café.
Añadió que la Casa de Loma Boba, como se le conoce, constituye un exponente importante de la arquitectura vernácula rural en el territorio montañoso de Guamuhaya, y se puede colocar a la altura de cualquiera de las edificaciones fomentadas en importantes espacios urbanos del Cienfuegos del siglo XIX y primera mitad del XX.
Es una vivienda de madera y teja, con pisos de mosaicos de hermoso decorado en el interior, mientras usan el mortero pulido en el área del portal perimetral y de lajas de río en sus espacios sin techar.
También posee paredes de madera conformadas por grandes tablones de cedro, parales de sección cuadrada confeccionados a serrote, y las columnas que sostienen el portal periférico tienen capiteles en función de pie de amigos, abundó Soto.
Indicó que entre lo más novedoso de la casa resalta el aprovechamiento de los recursos naturales del entorno para la subsistencia de los inquilinos, como la utilización óptima del agua del río, y de lluvia acopiada por canales, y el empleo de lajas y piedras para pavimentar pisos o rellenar declives.
La imbricación del enclave hogareño con el medio ambiente, sin reñir con el paisaje natural, es otro atractivo y proceder de gran utilidad al punto de que la ubicación de la vivienda en la llamada Loma Boba, una elevación rebajada ex profeso le permitió protegerse de los vientos y huracanes.
El uso doméstico de todas las áreas y equipos con que ha sido dotada durante más de nueve décadas, es otro de las curiosidades de la vieja casa, donde aún funciona un calentador de agua, los canales de acopio del agua de lluvia, el abasto del líquido vital por una mini hidroeléctrica enclavada en el afluente, cocina externa, corrales y la casa de las abejas.
Asimismo se puede observar en su interior el refrigerador de kerosene, el pilón de café, molino, fogón de leña, loceros, vajilla, camas de hierro, faroles y lámparas de carbono, entre otros aún en funcionamiento..
Además de la casa de Georgina Herrera, otras viviendas y construcciones en Cienfuegos han merecido el Premio en Conservación en los últimos años: en 2017 fue la morada sita en Hourruitinier 5201, en el centro urbano, cuyos propietarios son la pareja de arquitectos Aníbal Barreras y María de los Ángeles Cano.
En 2018 resultó ganadora la casa neocolonial perteneciente a Rosa María Tejeda Hernández, del reparto Punta Gorda, en la ciudad de Cienfuegos, y en 2019 merecieron el galardón los Canales de Madrazo, en Cumanayagua.
(Fuente: ACN).