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La Habana, 8 sep (RHC) La identificación de entidades y personas beneficiarias que actuarán en más de 15 mil hectáreas de los municipios del sur de la provincia de Las Tunas, en el oriente de Cuba, marca los primeros pasos del proyecto IRES, encaminado a incrementar la resiliencia de comunidades rurales vulnerables.
A través de la rehabilitación de paisajes agroforestales productivos la iniciativa, desarrollada en Cuba desde finales de 2020, busca garantizar la seguridad alimentaria a través de servicios ecosistémicos mejorados desde la utilización de la agroforestería, los sistemas silvopastoriles, la reforestación y regeneración forestal natural asistida.
Yoandry Ávila, presidente de la Asociación de Técnicos Agrícolas y Forestales en Las Tunas, explicó que en los municipios de Jobabo, Amancio y Colombia serán casi 700 las personas que se beneficiarán de forma directa en vinculación con sus diferentes formas de producción y organización cooperativa para establecer los módulos.
Se identifican 11 escuelas de campo que apuestan por convertirse en espacios de capacitación bajo la concepción de “aprender haciendo”, desde un enfoque participativo para la extensión de resultados, aunque a causa de la incidencia de la COVID-19 las acciones se concentran en las capacitaciones y estudios de forma virtual, puntualizó.
Ávila Igarza explicó que los municipios sureños de Las Tunas, junto a otros cuatro de las provincias de Matanzas y Villa Clara, tendrán a su cargo transformar las prácticas productivas tradicionales por otras más adecuadas para dar respuesta ante el cambio climático, teniendo en cuenta dos elementos claves como la mitigación y la adaptación.
Se trabaja en la organización para el estudio hidrológico e hidrometeorológico para proponer las mejores intervenciones en materia de captura y cosecha de agua, así como en la identificación de espacios para la ubicación de un vivero tecnificado en cada municipio que constituirán las principales fuentes de posturas forestales para garantizar las demandas de cada territorio.
Además, lograr sistemas productivos con equidad es uno de los más grandes desafíos que tiene el proyecto en aras de impulsar acciones que conduzcan a la visibilización de los aportes que hacen las mujeres en los diferentes espacios, subrayó el directivo.
Amancio, Jobabo y Colombia fueron los elegidos de la región oriental al estar considerados entre los 78 municipios del país con mayor afectación en términos de intensidad de sequía agrícola durante más de 50 días al año, criterio que clasifica a Cuba como un país de “alto riesgo” según el Índice de Vulnerabilidad y Adaptación al Cambio Climático en América Latina y el Caribe.
El proyecto resulta un aporte significativo del Plan de Estado de Cuba para el enfrentamiento al cambio climático, conocido como Tarea Vida, de ahí la asesoría y financiamiento del Fondo Verde para el Clima en asociación con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Ministerio de la Agricultura de Cuba. (Fuente: ACN).