Una visita sin anunciar

Editado por Pedro Manuel Otero
2017-02-01 10:58:17

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Por Guadalupe Yaujar Díaz

En una visita sin anunciar, nos recibe en su casa de La Habana el compositor y pianista cubano Héctor Angulo(*), que con sus casi 85 años, se deleita hablando de música cubana. De ahí que acceda a conversar para Radio Habana Cuba.

Está enfermo y de reposo hace algún tiempo, no lo toma mucho en cuenta, pero su pasión por el pentagrama le llega desde los siete años. A la música ha dedicado sus mejores energías y sigue componiendo.

En su natal Santa Clara inició sus estudios cuando su mamá lo sentaba a tocar en el piano, algo que hacía de oído. Luego fue alumno de su coterráneo Julián Orbón, continuó estudios en el ConservatorioMunicipal de La Habana y los concluyó en la Manhattan School of Music de Nueva York, como becado cubano en 1960.

De su estancia de cuatro años y medio en Estados Unidos declara: “Tuve muy buenos maestros de ese país, dos de ellos italianos. Recibí una formación bastante completa en composición aunque limitada en cuanto al trabajo orquestal. Sabía que tampoco podría entusiasmarme con lo que compusiera para la Orquesta Sinfónica de la escuela.… me di cuenta de que los decisores de todo eran hombres de negocios, sin embargo escribí una sonata y varias cosas más.”

“El tiempo en Estados Unidos amplió mi visión política, al relacionarme con muchos estadounidenses y latinoamericanos simpatizantes de nuestra Revolución, personas de alto nivel político, contribuyentes en mi formación en ese ámbito. Conocí y viví allí el capitalismo, pues trabajé fregando platos para poder ayudar al pago que enviaba nuestro gobierno y costear el cada vez más alto precio de los estudios, que rebasaba el presupuesto acordado con mi país.”

“A mi regreso a Cuba compuse varios conciertos dedicados al Apóstol José Martí y también escribí piezas instrumentales de enfoque revolucionario y otras dirigidas a los niños y por ellos trabajé muchos años en el Teatro Guiñol de La Habana.”

Su extensa obra –escrita para Coro, Guitarra, Música de Cámara, Orquesta, Piano, Teatro, Voz y diversos acompañamientos-- está signada por las influencias de relevantes músicos como Juan Sebastián Bach y del cubano Ignacio Cervantes”.

“Es precisamente Cervantes, dice, quien me enseñó la existencia de una música cubana, más elaborada, de mucha calidad; de ahí la fascinación por la riqueza del Punto Espirituano. Entre mis preferidos ejercen mucha fuerza otros dos grandes de nuestra cultura: Alejandro García Caturla y Amadeo Roldán.” De ellos soy también deudor, se declara nuestro entrevistado.

Destaca en la obra de Angulo la huella del compositor húngaro Béla Bártok, perceptible en el Cuarteto número 2; del brasileño Heitor Villalobos, apreciable en el tratamiento de la melodía, en Evocación; y diversos compositores de nuestro continente, permitiéndole fusionar lo que encuentra de común con lo cubano.

Además ha enriquecido su vida artística con el trabajo de transcripción de 250 melodías recogidas por el folklorista Rogelio Martínez Furé; inspirado en esos materiales escribió su tríptico Cantos afrocubanos.

Los elementos de las culturas africanas presentes en la Isla le han servido de base para otras composiciones, como son sus Cinco poemas africanos, y sus Cantos Yorubá de Cuba, para guitarra sola. En esta vertiente sobresale la ópera de cámara Ibeyi Añá, basada en el cuento «Se cierran y se abren los caminos de Cuba», recogido por Lydia Cabrera en Cuentos negros de Cuba. Sobre esta obra ha dicho el compositor: «Ibeyi Añá” quiere decir “Los obeyis y el tambor”.

“No soy buen crítico de mis contemporáneos, comenta, al valorar la música actual en nuestro país. Me encantan Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, César Portillo de la Luz y la línea de la trova desde Sindo Garay hasta Pepe Sánchez, Padre del Bolero. Muero por la música de Saumell, Cervantes y Caturla como parte nuestra cubanía. Quisiera haber aprendido más de orquestación, quizás una petit frustración”.

Este músico de vasta cultura literaria, que ha pasado su vida junto al piano, está marcado por el contexto social cubano antes y después del triunfo de la Revolución de enero de 1959.

Comprometido con su tiempo guarda en sus remotas vivencias el amor martiano inculcado por sus padres y personalidades e intelectuales que ejercieron también influencia en su formación patria.

Me despide con el ansia infinita del conocimiento y el deseo de servir.

(*) Héctor Angulo Rodríguez (Santa Clara, 13 de octubre de 1932).

Posee las Distinciones por la Cultura Nacional, Raúl Gómez García y Alejo Carpentier entre otros reconocimientos.



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