La Habana, 1 feb (RHC) Los autores cubanos Reinaldo Funes Monzote y Alexis Díaz Pimienta merecieron el Premio Casa de las Américas en los apartados de Ensayo histórico-social y Literatura para niños y jóvenes, por las respectivas obras Nuestro viaje a la luna. La idea de la transformación de la naturaleza en Cuba durante la Guerra Fría y Piel de noche.
Los resultados del concurso fueron anunciados en la sala Che Guevara de la institución en presencia de Alpidio Alonso, ministro de Cultura, y Roberto Fernández Retamar, presidente de Casa de las Américas, refiere el periódico Granma.
Un jurado presidido por el venezolano Néstor Francia consideró la obra Nuestro viaje… como «un aporte a la comprensión del proceso revolucionario, abordando la historia desde un diálogo entre áreas del saber menos conocidas y difundidas», y le reconoció el uso de «una significativa bibliografía actual y del periodo estudiado».
Por su parte, el tribunal encabezado por la argentino-mexicana Elena Dreser, refirió sobre el poemario Piel de noche que toca «una temática sensible con un alto sentido humano», que llevará a los lectores a «ser mejores personas».
En Literatura para niños y jóvenes se otorgó una Primera mención: Melisa entre las hojas, de Martín Doria (Colombia) y una Mención: En los zapatos de Elvis, de Joaquín Casasola (México).
La Novela premiada resultó ser La ruta, del argentino Eduardo F. Varela, una obra que al decir del jurado constituye una «extraordinaria reinvención de la Patagonia argentina». Fueron otorgadas dos Menciones especiales: La noche en la que nos encontró El Pasado, de Roberto Montaña (Uruguay); y La vida cosida, de Juan Pablo Morales (Argentina).
El cuaderno Yaraví para cantar bajo los cielos del norte (biografía no autorizada de un Banksy sudamericano), del ecuatoriano Juan José Rodinás, resultó el laureado en Poesía, por tratarse, entre otros apuntes, de un texto «en el que se funden en una sola textura, extraordinariamente lograda, el ámbito verbal y el visual, mediante un lenguaje pulcro, impactante e imaginativo».
La Literatura brasileña ganó con la obra Por cima do mar (novela), de Deborah Dornellas, un «libro estructuralmente osado» que «abarca temas como el racismo, el sexismo y la desigualdad, con originalidad y profundidad a través de la vida de su protagonista y de las mujeres negras que la precedieron». Dos menciones honoríficas fueron otorgadas a Pequena música, de Adriana Lisboa y Orelha lavada, infancia roubada, de Sandra Godinho.
El Premio de Estudios sobre Latinos en los EE.UU. fue para el texto Indian Given. Racial Geographies across México and the United States, de María Josefina Saldaña-Portillo (Estados Unidos), donde se «articula de forma original y creativa un sofisticado análisis de la indigenidad en Estados Unidos y en México, con gran trascendencia para el campo de los latinos en Estados Unidos». Dos menciones honoríficas les fueron concedidas a Sugar, Cigars and Revolution: The Making of Cuban New York, de Lisandro Pérez (Cuba-Estados Unidos) y Latino Mass Mobilization. Inmigration, Racialization, and Activism, de Chris Zepeda-Millán (Estados Unidos).
Los lauros honoríficos José Lezama Lima, de Poesía; el Ezequiel Martínez Estrada, de Ensayo, y el José María Arguedas, de Narrativa, fueron para las respectivas obras Meli Witran Mapu. Tierra de los cuatro lugares, de José María Memet (Chile); ¡Saoco salsero! o el swing del Sonero Mayor. Sociología urbana de la memoria del ritmo, de Ángel G. Quintero-Rivera (Puerto Rico) y El diablo de las provincias, de Juan Cárdenas (Colombia).