Iustración de la artista cubana Duchy Man Valderá, residente en Bélgica. Fuente: Prensa Latina.
Por: Danay Galletti Hernández
La Habana, 11 sep (RHC) Las ilustraciones de la artista cubana Duchy Man Valderá, residente en Bélgica, conformaron el suplemento cultural MAD del periódico Le Soir, destinado a la recaudación de fondos y al homenaje al personal sanitario en esa nación europea.
Tituladas El día siguiente y La noche siguiente, ambas creaciones resultaron de un ejercicio de catarsis pandémica personal y constituyeron un voto a favor del retorno a la vida normal y al contacto humano después de la crisis generada por la Covid-19, según afirmó en la autora de cómics.
"Esta reclusión necesaria nos impuso una ruptura violenta del contacto físico, atacó nuestra esencia y razón de ser, porque somos seres comunitarios y necesitamos la proximidad de nuestros semejantes. De ahí que esos dibujos me ayudaron a exorcizar todos los miedos, angustias y tensiones ocasionados por esta situación", expresó.
La publicación Le Soir, fundada en 1887 y una de las más significativas de Bélgica, invitó a 20 autores a su edición Renaitre, en la cual los artistas "meditaron acerca del mundo tras la cuarentena, mediante el humor, la imaginación y la poesía".
Con anterioridad divulgaron el suplemento Résister, dedicado al confinamiento, y luego ambas publicaciones conformaron un libro versión capa dura con la intervención de 46 historietistas belgas o residentes en el país.
Su ilustración El día siguiente, portada del suplemento, del periódico y del libro, se inspiró en una imagen de los años ·30 del siglo pasado que mostraba a una pareja besándose apasionadamente con el nasobuco puesto. La foto mostraba a dos actores en un ensayo de una secuencia amorosa durante la epidemia de influenza.
"En mi dibujo aparece una pareja de doctores, casi a punto de besarse, pero que no llegan a hacerlo. La figura de la izquierda coloca suavemente la mano en el pecho de la otra en un gesto que no se advierte con certeza si es de ternura o un ademán de empujar o detener", explicó.
El doctor, simbolizado en la obra de Duchy Man Valderá, abre su mano desnuda con el deseo imposible de apretar el brazo de la mujer, pero no puede hacerlo porque no lleva guantes. Sus caras y labios, cubiertos por las mascarillas, si bien se encuentran a escasos milímetros, no se tocan nunca.
"El tiempo está detenido para siempre en la imagen, pues un beso que se desea con todas las fuerzas del alma no se consumará jamás. Alude a mis amigos profesionales de la salud, especialmente, a dos de ellos cuyos nombres aparecen en el uniforme azul: la médico y comadrona Irina Valiente y el cirujano plástico Ariel C. Prada, quienes me apoyaron y asesoraron en el proceso de creación", argumentó.
A diferencia de El día siguiente, relativa a la frustración y la angustia frente al necesario distanciamiento social, La noche siguiente, es más pragmática, oscura y describe a una persona solitaria, aparentemente frente a un espejo, que tras desabotonar sus guantes se desinfecta las manos con gel hidroalcohólico.
Consolidan ese mensaje, a juicio de la artista, los ojos en blanco, el aura sobrenatural, la mirada introspectiva, el estoicismo reforzado por la composición hierática y la atmósfera de intimidad, reflejada en los pequeños objetos personales dispersos.
"Si la otra parte del díptico es una explosión solar y un voto de esperanza y optimismo, esta es reflexión nocturna y autorretrato de la incertidumbre y la angustia por el futuro. Ambas, bajo la omnipresencia siniestra del virus, incorporado como una aureola detrás de los personajes centrales", aseveró.
La ambigüedad es un elemento imprescindible en su discurso estético, presente en las piezas de su autoría. En ese díptico, particularmente, se perciben referencias a la iconografía bizantina, la influencia del cómic y el diseño de vestuario; así como, demuestra que en esta crisis "estamos todos juntos: los heroicos, los marginados, los poderosos y los diferentes". (Fuente: Prensa Latina)