Fina poseía una importante y reconocida obra literaria.
Foto tomada del Portal José Martí
La Habana, 13 feb (RHC) Intelectuales, amigos y familiares de la excelsa poetisa cubana Fina García-Marruz (1923-2022) se reunieron este lunes en la sede de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), como parte del tributo por su centenario en la XXXI Feria Internacional del Libro de La Habana.
“En vida a mamá no le hubiera gustado nada de esto, quizás en la sobrevida sí, quién sabe”, expresó el músico José María Vitier, al referirse al homenaje a su madre.
Su hijo resaltó la modestia que siempre distinguió a la también ensayista y escritora, reconocida por su destacado papel en las letras de Hispanoamérica.
La misma humildad fue recurrente en las voces del panel integrado por los ensayistas y escritores Ivette Fuentes, Pedro Simón, Roberto Méndez y Josefina de Diego, quienes abordaron la vida y obra de Fina desde diferentes aristas, siempre desde la admiración y el respeto.
A propósito del centenario de su natalicio, el 28 de abril, Fuentes manifestó que esta debiera ser una estación de gloria hacia esa persona que ayudaba y estaba pendiente de todo el mundo a su alrededor.
“Fina lo abarcaba todo… era capaz de estar en todo con esa sencillez que la caracterizaba”, dijo la Doctora en Ciencias Filológicas y Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas, quien, además, gozó de su amistad.
Se refirió a cómo era capaz de tejer sus obras literarias sin dejar de atender a su esposo, hijos, nietos, amigos, en medio de los quehaceres más mundanos y domésticos.
Por su parte, el poeta y ensayista Roberto Méndez llamó la atención sobre cómo algunas personas, en ocasiones, vieron a Fina como la colaboradora de su esposo Cintio Vitier (1921-2009), uno de los grandes escritores cubanos, sin embargo ella era poseedora de una importante y reconocida obra literaria.
Manifestó que la razón de eso tenía que ver con su propia timidez, pero aseguró que más allá del amor, Cintio admiraba y respetaba a Fina por su propio trabajo, desde sus primeros textos para la revista Orígenes.
Rememoró que para el investigador y también estudioso de la vida de José Martí, la poesía de Fina va de la intimidad del alma a la objetividad del espíritu, tal y como escribió en el prólogo del libro Diez poetas cubanos (Ediciones Orígenes 1948).
La ensayista Josefina de Diego compartió recuerdos de su tía junto a su hermana Bella, su madre, en los que no faltaron alusiones a la impronta de la aparición del cine y al papel de la música en sus vidas.
Significó como la música siempre estuvo presente en su poesía y la rememoró cantando junto a su madre piezas del mexicano Agustín Lara, escuchando a Ernesto Lecuona, Bola de Nieve y Esther Borja, entre otros relevantes músicos cubanos. (Fuente: Prensa Latina)