Fotos: ACN.
La Habana, 8 jun (RHC) Una escultura en bronce a la suiza Enriqueta Faber, primera mujer que ejerció la medicina en Cuba y América, aunque vestida de hombre y con falsa identidad, fue develada este jueves de forma transitoria en el vestíbulo de la sede provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Guantánamo.
A la ceremonia de apertura de la exhibición asistieron el General de Brigada Arnaldo Tamayo Méndez, Héroe de la República de Cuba y primer latinoamericano en ascender al espacio exterior, y la diputada Idaliena Díaz Casamayor, presidenta de la Asamblea municipal del Poder Popular.
La pieza, obra de los artistas José Villa Soberón (Premio Nacional de Artes Plásticas 2008) y del joven escultor tunero Gabriel Raúl Cisneros, es una réplica de la imagen de Enriqueta (Henriette) inaugurada en febrero de este año en la Alameda de Paula de La Habana, en ocasión de conmemorarse el aniversario 204 de su llegada al extremo oriental de Cuba.
Jorge Núñez Motes, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (local), informó que la efigie permanecerá allí durante varios meses para enriquecer desde el punto de vista artístico la visualidad en Guantánamo, lo cual es motivo de orgullo para los citadinos.
Precisó que su destino final será el paseo peatonal del bulevar de Baracoa, frente a la sede del órgano de Gobierno de la Primera villa cubana fundada el 15 de agosto de 1511 por el Adelantado Diego Velázquez.
La exposición es un hecho trascendente para la Cultura en el Alto Oriente cubano, subrayó George Pérez González, destacado pintor, diseñador, dibujante, creador de la plástica y conductor de la ceremonia de apertura de la muestra.
Refirió que la efigie de Enriqueta es una obra al tamaño natural, la cual denota esbeltez y decisión, con una postura desafiante y elaboración minuciosa de los detalles de la ropa, el pelo y las facciones del rostro de esa mujer nacida en 1791 en el seno de una familia burguesa de Lausana, Suiza.
Pesquisas sobre su figura revelaron que se casó a la edad de 15 años con un soldado francés y, tres años más tarde, su marido e hija murieron, mientras en París estudió Medicina en la Universidad de La Sorbona con la vestimenta e identidad de un oficial del regimiento al que pertenecía su difunto esposo.
Durante las Guerras Napoleónicas trabajó como cirujana hasta su captura en España por las tropas del general británico Arthur Wellesley, más conocido como el Duque de Wellington.
Al ser liberada viajó a Cuba para comenzar una nueva vida bajo el nombre de Enrique Faber y se asentó en Baracoa en marzo de 1819, donde practicó su profesión y la clientela incluía a personas en extrema pobreza, a quienes enseñó a leer y escribir.
Así conoció a Juana de León, una mujer de la zona con quien se casó, consciente esta del verdadero sexo biológico de “su marido”, hasta que el secreto fue descubierto y por ello terminó condenada con dureza en uno de los juicios más famosos de la época.
Investigaciones recientes sobre el epistolario de ambas féminas revelaron que Juana la amó pero no soportó la presión social y familiar, y se plegó a la farsa orquestada contra Enriqueta, quien fue enviada a prisión en el Hospital de Mujeres de San Francisco de Paula, en La Habana, y posteriormente expulsada a Nueva Orleans.
En esa ciudad del Estado norteamericano de Luisiana, los parientes de Faber consiguieron que ingresara en un convento para proteger el prestigio de la familia y a partir de entonces asumió el nombre de Sor Magdalena para prestar asistencia médica a los pobres.
Murió allí en 1845, a los 54 años y su tumba fue destruida por el huracán Katrina en 2005.
Su historia motivó la realización del largometraje cubano de ficción Insumisas, del multipremiado director Fernándo Pérez.
La develación de la escultura en el citado centro cultural de la Villa del río Guaso forma parte del amplio programa de actividades de la XLV edición de la Jornada de Artes Plásticas y Literatura, inaugurada este miércoles hasta el próximo 10 de junio.
(Fuente: ACN).