La Habana, 1 mar (RHC) Tres años después de su deceso, y de muy diversas maneras, el pueblo de Santiago de Cuba no deja morir hoy al líder bolivariano Hugo Chávez, a quien Fidel Castro consideró el mejor amigo de este archipiélago.
De acuerdo con la filial provincial del Instituto de Amistad con los Pueblos, el legado del fallecido presidente venezolano centrará la evocación de la fecha de su despedida física, con un programa en el que confluirán santiagueros de varias generaciones y algunos de ellos con vivencias personales sobre él.
De tal manera, se desarrollarán veladas culturales entre las que figura un toque de tambor inspirado en su figura en la Casa del Caribe, un taller científico sobre su proyección pedagógica y encuentros de niños creadores, así como otras iniciativas en las que tomarán parte estudiantes venezolanos en la urbe.
Desde la muerte del mandatario, no han cesado aquí las señales que lo traen de vuelta, desde las disertaciones del coloquio El Caribe que nos une, durante el XXXIII Festival Internacional consagrado a las culturas de los pueblos de la región hasta una valla alegórica en una populosa intersección.
Particular agradecimiento muestran los lugareños al gesto pronto y fraternal de Chávez, cuando envió ayuda inmediata, la primera recibida desde otras naciones, tras la devastación causada por el huracán Sandy en octubre del 2012.
Esa contribución material, fundamentalmente para levantar nuevas viviendas, se sumó al reparto de petrocasas que ya se levantaba en la urbe con la colaboración venezolana.
Entre las evocaciones resalta también que fue aquí, en la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, donde el presidente Raúl Castro rindió homenaje postrero a Chávez con una flor blanca ante su efigie, la cual recibió después el paso entristecido de miles de hombres, mujeres y niños de esta tierra Conmovido aún, igualmente, el joven profesor universitario Frank Josué Solar recuerda su paso por parajes de Elorza, en el 2010, y las vivencias acerca de la huella dejada por el entonces capitán Chávez entre los vecinos del lugar.
Revive el historiador las anécdotas que compartían con él acerca del espíritu de ayuda y solidaridad humana del militar, quien permaneció allí por tres años con su familia, desde 1985, al frente del Escuadrón de Caballería Motorizada Francisco Farfán.
Entre tantos recuerdos, los santiagueros rememoran con especial cariño la visita realizada en diciembre del 2007, cuando al timón de un vehículo condujo por las principales avenidas, desbordadas a ambos lados por personas de todas las edades que lo aclamaban.
La ciudad, acostumbrada a las grandes emociones y a concentraciones multitudinarias, ubica en su memoria colectiva la estancia del prócer bolivariano como uno de sus más entrañables recuerdos.
Por Martha Cabrales