Mientras en la anterior sede olímpica londinense la griega Ekaterini Stefanidi reafirmaba sus pretensiones ganadoras para la venidera lid de Río 2016 con victoria de 4.80 y asalto sin éxito a 4.93, del otro lado del atlántico la estadounidense Sandi Morris, otra joven igualmente ávida de ser protagonista principal en la compleja disciplina, pudo conquistar ese hito en Houston y muy oronda intentó convertirse en la mejor de todos los tiempos atacando el listón situado en 5.07.
El registro de 4.93 es un jalón por varias razones y todas de gran significación por tratarse del año olímpico, empezando por las categorías de mejor marca personal outdoor y marca mundial del año. También convierta a la Morris en la mejor estadounidense a cielo abierto y en la segunda del planeta después de Elena Isinbaieva.
Por cierto, nadie subía tanto desde el récord mundial de 5.06 impuesto en el 2009 por la rusa, poseedora de los únicos seis saltos sobre cinco metros al aire libre, un 4.95 y tres 4.93. Morris, de 24 años de edad recién cumplidos, replegó al tercer lugar a su compatriota de origen polaco Jennifer Suhr (4.92 en 2008) y al cuarto a la cubana Yarisley Silva (4.91) en el 2015.
Las reservas de esta muchacha parecen ser mayores, por cuanto en el favorable ambiente de las salas durante la temporada invernal logró pico individual absoluto de 4.95, además del subtítulo mundial en el Bajo Techo de marzo en Portland, con 4.80.
Abrió en mayo la campaña normal en Doha con sólido récord de 4.83 para la Liga de Diamante, sin importarle ni la Stefanidi, tercera esa vez.
Antes de la segunda cita por la gema, el 22 de mayo en Rabat, se le ocurrió competir en el mitin de Ostrava, quizá para medir fuerzas con la campeona mundial Yarisley Silva que debutaba allí y conocía de Beijing 2015, cuando ella finalizó cuarta.
La elección resultó infortunada pues se le partió la pértiga y una lesión en la muñeca la sacó de competencias hasta principios de julio cuando saltó 4.75 para conseguir el boleto a Río en las eliminatorias de su país.
Su recuperación ha sido tan meteórica como su progreso. Este sábado, según pormenoriza la página de la IAAF, voló limpiamente sobre 4.60 y 4.70, necesitó tres intentos para dominar el 4.80 pero emergió tan fortalecida del sofocón que voló en el primero sobre 4.93 y le quedó ánimo para aspirar a la gloria.
La Stefanidi, revelación del año porque nunca se destacó igual después de ganar en Marrakech 2005 el Mundial de Cadetes (sub18) con apenas 15 primaveras, es la flamante campeona de Europa, domina amplio la Liga de Diamante con cuatro triunfos, un segundo y otro tercer lugar en seis salidas y constantemente intenta superar su 4.86 del año, en Atenas al aire libre.
Después de quedar eliminada en Londres 2012 (4.25) y Beijing 2015 (4.45), y sin aparecer en otras contiendas sobresalientes de la etapa, en este 2016 retornó a los podios con el bronce mundial (4.80) en el Bajo Techo de Portland, luego de elevarse hasta 4.90 en el invierno neoyorquino de febrero.
Stefanidi con 26 cumplidos, Morris con 24, sin dudas representan a la pujante juventud en la pértiga. La madurez y experiencia competitivas distinguen a Yarisley, que celebró sus 29 al iniciarse junio; a Fabiana Murer, signada en 35 desde marzo y a la Suhr, de 34 desde febrero.
Son las grandes triunfadoras de los últimos años. La cubana, subcampeona olímpica en Londres, titular mundial Bajo techo 2014, bronce y oro respectivos en los Mundiales Moscú 2013 y Beijing 2015. La brasileña, coronada en los mundiales de Doha 2010 (en sala) y Daegu 2011, subtitular en Beijing 2015. La estadounidense, campeona olímpica en Londres 2012, subcampeona en Beijing 2008 detrás de Isinbaieva, monarca bajo techo (4.90) este año en Portland, y resultados mundialistas de cuarta en Daegu 2011, segunda en Moscú 2013 y cuarta empatada en Beijing 2015.
Se rebelan las jóvenes de un quinteto principal de candidatas olímpicas. ¿Juventud osada o alcurnia confirmada en Río? Es la incógnita en torno a la campeona.