La Habana, 14 mar (RHC) El bastquebolista Jasiel Rivero, jugador del Estudiantes de Concordia, de Argentina, aspira a que la selección de Cuba recupere protagonismo en Centroamérica y en el orden individual sueña con jugar en España o en otro país de Europa.
“Con varios jugadores en el exterior, ojalá ayudemos a que el seleccionado recupere protagonismo en Centroamérica y podamos conseguir una medalla de oro en algún torneo”, comentó Jasiel, de 24 años, en una entrevista al portal de la FIBA Liga de las Américas.
Afirmó que en el plano individual su gran sueño es jugar en España, “una de las ligas más fuertes del mundo, o en otro país europeo”.
Aunque para despejarse prefiere el reggaeton de Los Cuatro o la Charanga Habanera, Rivero cuenta que se inspira en las canciones de Silvio Rodríguez, uno de los cantautores cubanos más representativos.
Rivero comenzó a jugar baloncesto a los 12 años en su municipio natal Boyeros, en La Habana y luego pasó a la Eide Mártires de Barbados.
“La educación es muy buena y muy importante en nuestro país y nos ayuda a ser mejores personas. Lo primero es el estudio y luego el deporte”, remarcó Rivero en sus declaraciones.
En ese período de formación, los entrenadores vieron en él a un joven talentoso con mucho futuro. Y no se equivocaron. En la liga de Cuba jugó y fue campeón en el club Capitalinos de La Habana, ese al que llegaba pasando por la Plaza de la Revolución que tiene el monumento a José Martí y como figuras omnipresentes las imágenes de Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos.
Aquella frase del Che, “Hasta la Victoria Siempre”, le marcaba el camino a Rivero. Y su victoria sería lucirse con la selección, para luego poder emigrar a competencias de mejor nivel.
En 2014, el Centrobasket de México, fue el escenario en el que todos pusieron el ojo en ese joven que saltaba como pocos, tenía una potencia incontrolable y buenos recursos técnicos.
En 2015, Cuba autorizó a sus deportistas a contratarse en clubes profesionales fuera de su país.
Ese año Rivero jugó en Uruguay con el Tabaré, donde fue el máximo anotador y rebotero de la Liga hasta que se fracturó un dedo.
Tras la recuperación, viajó a Argentina para su siguiente destino, Estudiantes de Concordia. Se resintió de la lesión y otra vez tuvo que alejarse de las canchas. Pero Rivero volvió a Estudiantes para tomarse revancha. Y su demostración de que va por el buen camino está a la vista de todo el mundo.
“En el baloncesto argentino cambié mi forma de entrenarme y de jugar. Es un baloncesto mucho más táctico y con scouting sobre todos los rivales, algo que es muy diferente a lo que pasa en Cuba”, explica el alero de 2,04 metros.
Los hábitos dentro de la cancha no fueron los únicos que modificó Rivero: “Acá como mucho más sano y variado y eso le hace muy bien a mi físico”.
Desde que Jasiel Rivero juega fuera de Cuba recibe el apoyo de su familia. “Están contentos porque saben que yo estoy haciendo lo que me gusta y estoy cumpliendo sueños”, dice el alero, aunque recuerda que cuando viajó por primera vez a Uruguay “ellos se pusieron nerviosos”.
La posibilidad que se les abrió en los últimos años a los basquetbolistas cubanos de salir de la isla para ser refuerzos extranjeros en ligas más importantes los ha hecho elevar exponencialmente su nivel. “Con varios jugadores en el exterior, ojalá ayudemos a que el seleccionado recupere protagonismo en Centroamérica y podamos conseguir una medalla de oro en algún torneo”, dice Jasiel.
Como canta Silvio Rodríguez, “Cuba va, Cuba va”, concluye el portal de la FIBA su entrevista con el cubano.
Con información de Liga de las Américas