Madrid, 7 may (dpa) - El clásico del fútbol español no dejó como protagonista principal a Lionel o Cristiano Ronaldo, ni tampoco los efectos de un encuentro trepidante, sino que todas las miradas fueron hacia un arbitraje lleno de polémica que inflamó el debate sobre la tecnología del VAR.
Alejandro Hernández Hernández, de 35 años, es el nombre del día, un árbitro cuya popularidad se situó hoy por encima de cualquier estrella futbolística para alimentar un post-partido que a efectos deportivos dejó poco, con la Liga española resuelta a favor del Barcelona y la Liga de Campeones como enorme objetivo blanco. Y quizá por eso el choque del domingo no derivó en un enorme escándalo.
La cuenta de jugadas polémicas es casi interminable. El Barcelona argumenta una terrible patada de Gareth Bale sobre Samuel Umtiti que dejó al galés indemne y ni siquiera con amarilla. Después vino la expulsión de Sergi Roberto por agresión a Marcelo y el desencadenante de todos los líos posteriores.
El Real Madrid se vio seriamente perjudicado por dos decisiones. La primera fue el segundo gol del Barcelona, que llegó tras una clara falta de Luis Suárez a Raphael Varane que el propio jugador uruguayo admitió. Y después, ya con 2-2 en el marcador, Jordi Alba derribó a Marcelo en el área, algo tampoco apreciado por el árbitro.
La intrascendencia del resultado derivó en un debate más o menos constructivo sobre la incidencia futura del VAR en un partido. O, más aún, en todo un clásico, con el apasionado ruido que éste genera.
'El VAR se impone desde la FIFA y hay varias experiencias, que son buenas. Se ha de mejorar, evidentemente, pero hay que apostar por esa tecnología. Los aficionados quieren salir del estadio pensando que las cosas se han hecho de la mejor manera posible', manifestó hoy el presidente del Barcelona, Josep María Bartomeu.
Pero los profesionales no lo tienen tan claro. 'Si hubiera VAR, aún seguiríamos jugando', declaró el técnico del Barcelona, Ernesto Valverde, en relación a los parones que hubiera generado el análisis de tantas jugadas polémicas.
'Con el VAR va a cambiar (el fútbol) y veremos cómo acaba un partido así', espetó Zinedine Zidane, el entrenador del Real Madrid.
Marcelo, parte interesada por estar en el foco de una de las acciones más importantes del clásico, tampoco ve muy clara la implantación del videoarbitraje. 'Quitaría la salsa del fútbol, pero no soy nadie para cambiar nada. Personalmente no me gustaría', dijo.
La Liga española tendrá VAR la próxima temporada y ya hay un grupo de ex árbitros trabajando en conocer mejor la implantación de la tecnología y cómo manejarla.
La utilización del VAR se ceñirá a cuatro situaciones: jugadas de gol, decisiones de penales, tarjetas rojas directas y confusión en la identidad de un jugador. La decisión final siempre corresponderá al único árbitro que hay en el partido.
Mientras los entrenadores se preparan para los parones y los futbolistas meditan nuevas formas de actuación sobre el campo, los hinchas se preguntan hoy: ¿Cómo hubiera asimilado la grada una eventual modificación de los hechos en el clásico y una probable corrección del resultado?