La Habana, 23 oct (JIT) Aún teniéndolo todo para reinar, el luchador cubano del estilo libre Alejandro Valdés Tobier volverá a casa con otra medalla de bronce mundial, como mismo ocurrió hace un año en París.
Su fortaleza, velocidad, táctica e inteligencia lo hacen capaz de imponerse a nivel universal al menos desde el 2017, incluso puede hacerlo bajo los cinco aros dentro de dos años en Tokio.
Sin embargo, aun no ha ocurrido y esta historia comienza a parecerse a la de su amigo y compañero Yowlys Bonne, quien en el ocaso de su carrera, precisamente el domingo último, se abrió camino por fin a lo más alto del podio mundial.
El certamen global de Budapest ofreció a las claras la oportunidad de que la lucha libre cubana obtuviera dos metales dorados, algo solo sucedido en las ediciones de Tokio 1990 y Estambul 1994.
Cayó la de Bonne en los 61 kg, y la de Valdés era posible, pero al capitalino se le “engatilló” un indio (Bajrang Bajrang) de inferior nivel al suyo y la fortuna acabó en semifinales.
La historia transitó así el sábado, día de los "pleitos" preliminares…
“Calabaza” inició su calendario con brillante victoria de 2-0 ante el extraclase aserí Haji Aliev, tres veces dorado mundial y tercero bajo los cinco aros en Río de Janeiro 2016.
Luego arrasó por superioridad técnica al kazajo Daulet Niyazbekov y al bieloruso Niurhun Skrabin, con lo cual entró en semifinales y por la mente de muchos comenzaba a rondar la "gran noticia".
Mas, el novel Bajrang Bajrang le derrotó por 4-3 y le envió a la disputa directa del bronce.
Con un día de descanso, Valdés se apareció hoy sobre la Arena Laszlo Papp como una turbulencia de avión y arrolló al coreano Seungchul Lee, con una superioridad tan manifiesta como el 10-0 que mostró la electrónica.
Al levantarle el brazo en señal de éxito, su cara, su cuerpo, transmitieron deuda, inconformidad, insatisfacción.
En su mente esta aventura se había dibujado color dorado, máxime tras batir a Aliev, pero toca despertar y verla de un intenso bronce que la afición valora y celebra en su justa medida.
Quiero pensar que se trata de la antesala del gran triunfo, pues a los premios y el resto de las cualidades ya señaladas se va sumando otro factor clave en la alta competición: la experiencia.
Bajrang no pudo coronarse en definitiva, pues cedió en la pelea final ante el japonés Takuto Otoguro.
A Valdés le queda tiempo, sino que le pregunte a Bonne.
Tomado de Jit