La Habana, 19 dic (RHC) Pidió la palabra como una diputada más de la Comisión de Salud y Deporte, pues su condición de miembro del Consejo de Estado no la asume con poses de sentarse en la presidencia. Fue al micrófono sin la pretensión de victoria con que tantas veces entró a la jaula en un campo de atletismo para lanzar el martillo. Solo quería promover una reflexión, aunque al final resultó un “martillazo” de los que vale la pena compartir.
El debate era provocador y con muchas vivencias e ideas conectadas. Las Escuelas de Iniciación Deportiva (EIDE), inauguradas por el líder de la Revolución, Fidel Castro Ruz, eran fiscalizadas una vez más por el Parlamento Cubano y quien mejor que la camagüeyana, actual comisionada de atletismo y voz autorizada por su ejemplo, para darnos claves imprescindibles. Así lo dijo, así lo soltó. Y hoy lo compartimos para irradiar pensamiento y acción, comenta Cubadebate.
“Les voy a decir que si realmente queremos salvar nuestro deporte tenemos que poner todos los pies en la tierra. Hay muchas Eide, quizás no todas, que hace muy poco fueron reparadas. Es decir, que parte del dinero del presupuesto del país y del Inder por varios años se pusieron en esas escuelas para reconstruirlas.
“Pero los que estaban al frente de esas construcciones no les interesó que quizás no ponían la puerta de buena calidad cuando era la que tocaba; no les interesó que quizás estaban cerrando un pasillo que no hacía falta cerrar. Y se hicieron cosas nuevas, como en Camagüey, una de las últimas arregladas. Sin embargo, hoy puede llegar un padre y decir: que mala está la Eide.
“¿Y qué pasa entonces? Lo que pasa es que si su casa usted la construye y no la limpia todos los días parece vieja y mala. Lo que pasa es que si a su casa usted no es capaz de ponerle con sus medios algo bello siempre lucirá fea. ¿Acaso se nos olvidó a todos las clases de Educación Laboral cuando nos enseñaron a hacer alfombristas de telita para embellecer?
“Perdónenme si me extiendo, pero quiero decir y reflexionar en este tema con argumentos y vivencias personales. La mayoría del deporte que se ha hecho en Cuba es de pobre, porque Fidel hizo la Revolución e ideó el deporte para nosotros los pobres. Y entre esas estoy yo.
Mis padres me enseñaron, en medio del período especial, que el plátano fongo era uno y había que comérselo. Si llegaba temprano y me lo comía no habría para por la noche. Y así entrenaba dos secciones diarias.
“Mis padres también me enseñaron que la forma más fácil no era buscarse a un extranjero para salir adelante como se usaba en esa época. Por el contrario, lo que encontré fueron unos entrenadores, que sin alcanzarles el salario (en aquel tiempo eran 150 o 200 pesos) les prometieron a mi mamá que me iban a coger de la mano todos los días para llevarme a practicar deportes porque veían algún talento en mí.
“¿Por qué digo esto? Porque hoy nos quejamos más que antes, aunque el deporte cubano, en sentido general, goza ahora con cosas que nunca soñábamos tener quienes empezamos a practicarlo hace 40, 30 o 20 años atrás.
“El atletismo tiene, por ejemplo, un gimnasio de primer mundo, sin embargo, el año pasado no tuvimos pista. Y no nos paramos a decir en ningún lugar que por no tener pista renunciábamos al compromiso de ganar 15 medallas en Barranquilla. Lo mantuvimos porque seríamos muy mal agradecidos si no luchábamos y buscábamos alternativas como hicimos. Nos estaban construyendo las dos pistas (ya terminó una y pronto estará la otra) y al menos yo aprendí desde niña un principio básico: para tener la casa linda primero se tiene que llenar de polvo. Así nos pasó a nosotros.
“Y vuelvo a la EIDE porque todo se concatena. No tenemos sentido de pertenencia en muchas de ellas. Así de sencillo. Después de haber recorrido todas las EIDE, donde más aprecié el sentido patriótico y del momento histórico que estamos viviendo fue en Guantánamo, Santiago de Cuba y Granma.
“En esta última no hay ni pista de atletismo y encontramos los mejores resultados de todas las visitadas. Hay que ver allí el sentido de pertenencia. Y le faltan balas, jabalinas, implementos, muchas cosas, pero en el atletismo lo principal es tener deseos de correr, de gastar energía, de tener talento.
“Si usted quiere involucrar a los padres, lo cual es muy necesario en estas escuelas, no lo haga diciendo que compre el kimono por fuera a 150 CUC, porque para enseñar judo solo hace falta un púlover dispuesto a que se rompa para aprender las técnicas. Y cuando te las aprendas, entonces vendrá el kimono. Esa es la EIDE.
“Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. El deporte que tiene el mundo no sirve. Pueden decirlo por ahí, que lo dice Yipsi. Y si nosotros seguimos con tanta protestadera sin hacer nada, sin acciones, sin generar cambios, vamos a tener el deporte que quiere el mundo que tenga Cuba. Y al menos yo no lo voy a permitir.
“Hace poco le decía a un atleta que tenemos en la selección nacional de atletismo. Sí, el manager internacional apareció ahora, pero no se te puede olvidar nunca quién fue el que le tocó la puerta a tu mamá y le dijo: dámelo que tiene talento y te lo voy a llevar al Porvenir, ese que se veía lejos en ese momento. Así descalzo, sin tener nada quizás. No se puede olvidar nunca quién fue el que se comprometió en llevarte todos los días hasta lo que eres hoy, con agua de azúcar al principio y con mil trabajos, pero confiando siempre en ti.
“Todos los campeones que usted ve por ahí es uno. Usain Bolt es uno. Rafael Nadal es uno. Messi es uno. Le dan millones pero a uno, mientras en Cuba se reparten los millones entre millones de niños, adolescentes y deportistas.
“Ahora está ocurriendo otro fenómeno en las EIDE. Si tu papá tiene posibilidades económicas, perfecto, eso no es malo, porque hay que atemperarse a los nuevos tiempos. Pero en las escuelas deportivas todos los estudiantes tienen que ser iguales, tener las mismas oportunidades y que prevalezca el talento, no el dinero. Esa es una de las ganancias de la Revolución, de Fidel, y siento que a veces la estamos perdiendo por un egoísmo e individualismo que está creciendo.
“Cuando yo llegué en una reciente visita a la EIDE de La Habana me enamoré de esa escuela. Y quizás es hoy la que más problemas tiene. Y luego me disgusté mucho cuando me dijeron que no cogiera tanta lucha en la EIDE que inauguró el Comandante con un discurso que trazó pautas para el desarrollo del deporte cubano.
“La pista de arcilla más linda y mejor para correr la tenía esa EIDE. Y hace nueve años no se le hace nada. Y me pregunto: ¿Qué pasa con los trabajos voluntarios? ¿Qué pasa con esas jornadas en que llevábamos a nuestros hijos y terminaba hasta con música? ¿Se murieron? Cuba nunca ha tenido grandes presupuestos, pero este país es de nosotros porque Fidel y todos lo que lucharon con él decidieron desde 1959 que éramos soberanos y dueños de nuestro destino.
“Y como es de nosotros, hicimos una Cuba diferente. Entonces, si ahora tenemos más presupuesto que antes por qué no nos alcanza. Me dijeron: es que lo que me dan solo me da para chapear tantas hectáreas. Pero ahí vienen las ideas nuevas y generar. ¿Qué impide que los jardines se chapeen por deportes (hoy los de atletismo, mañana los baloncestistas, pasado los voleibolistas y así sucesivamente) y con el dinero ahorrado puedo remover la pista de arcilla y recuperarla?
“Discúlpenme que me robé un poco más de tiempo. ¿Saben cuál es provincia que más tributa en la pértiga? Guantánamo y Holguín. Y no tienen pértigas, pero van a un río, donde hay una cosa que sirve para deslizarse, y ahí aprenden la técnica. Eso demuestra lo que les venía diciendo: el deporte es de pobre y cuando se quiere se puede.
“El deporte de Cuba no se parece al que se hace en el mundo. Y si algún día nos parecemos vamos a perder. Porque el deporte aquí se hizo también para tener menos niños ociosos en las calles, para tener menos delincuentes, para formar y complementar los valores en niños y adolescentes. El deporte tiene el honor de formar a quien se nos puede perder, porque se aprende de compañerismo, unidad, solidaridad y encima de eso puede salir o terminar su carrera deportiva siendo técnico medio, licenciado, máster o doctor. Y puede retribuirles así a la Revolución lo que ella hizo por ti.
“Hoy tenemos deportistas millonarios, pero ese deportista se hizo gracias a ese profesor técnico medio que un día lo sacó de la casa para practicar deporte. Y a veces hay atletas mal agradecidos, a pesar de que los premios metálicos que hoy se ganan en un evento internacional todo es para él y un por ciento menor para su entrenador. El país no coge nada. ¿Acaso un buen hijo no debía tributarle algo a la Patria que lo formó?
“Ustedes saben por qué los niños no entran a las EIDE como antes. Porque los agradecidos, los que vivimos o salimos de las lomas, no se buscan hoy como se hacía en el pasado. Y cuando uno le dice vayan a esos lugares te dicen: no hay carros. Pero es que antes los profesores, los entrenadores, se montaban en un tractor o en un mulo e iban a buscar atletas allí donde todavía se desayuna un pedazo de yuca o se corre descalzo; donde no se conocen las marcas Puma o Nike y tener un par de tenis, cualquier que sea, es la gloria.
“Por supuesto, quiero que luego ese talento se ponga Puma si se lo gana, que tengamos la última tecnología para mejorar su entrenamiento y que mejoren todas las condiciones de vida desde las EIDE. Pero hay que entender primero que para llegar al equipo nacional hay que esforzarse mucho, mucho. Insisto, hay que salvar el deporte cubano desde este inicio, desde las EIDE. Todos, diputados, INDER, familia, sociedad, todos. Eso nos lo enseñó Fidel”.
(Cubadebate)