La Habana, 29 may (JIT) - Jesús de de la Luz Molina Rodríguez figura entre los imprescindibles si del hockey sobre césped cubano se trata. Esa disciplina, en la que Cuba lidera a nivel centrocaribeño desde su aparición, le tiene entre sus padres fundadores.
No le gusta que lo califiquen como tal, pero al “César lo que es del César”. Ahora habla con idéntica velocidad a la que pasaba la pelota con bastones de golf o plywood en la lejana década de 1960.
Este 29 de mayo es una jornada muy especial para Molina y sus compañeros de lucha: se celebra el aniversario 51 del primer juego oficial de este deporte en el país, sostenido entre los equipos Verde y Azul en un terreno de la capitalina Ciudad Deportiva. Por eso, a la fecha se le bautizó como Día del Hockey en Cuba.
«En 1969 era estudiante de la Escuela de Instructores de Deportes Manuel Fajardo, ubicada donde hoy está la Universidad de Ciencias de la Cultura Física y el Deporte de igual nombre. Ahí se gestó todo», dijo el casi septuagenario Molina, quien labora en el puesto de mando del Inder en el Aeropuerto José Martí, de La Habana.
«Hacia 1965 ya existía un movimiento relacionado con el hockey, pues jugábamos sobre patines. Poco antes de los Juegos Olímpicos de México 1968 recibí la encomienda de Otto Riera y Domingo Bravo, director y subdirector de recreación del Inder, encargados de impulsar los deportes que no eran de alto rendimiento», cuenta.
«Fuerte empuje le dio José Llanusa Gobel, presidente del Inder, quien indicó que para 1969 teníamos que contar con un equipo», agregó.
Mucho tuvo que ver con el auge logrado el profesor Alfredo Dopico, los pioneros Amado Orestes Amorós, José Manuel González, Enrique La Serie, Amado López, José Álvarez Marrero (Pepe), Guillermo Stakemann, Omar Coroneaux, Santiago Albizu, Pedro García, Jorge Ivo Mico, Armando Guerra y otros.
Documentos llegados a las manos de Molina fueron trascendentales para el arranque de una disciplina que obtuvo su primera gran victoria internacional en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de La Habana 1982.
«Las cosas de la vida. Desde México, Ernesto Subieta Arellán me hizo llegar una documentación para el desarrollo del deporte. Él había sido el delegado de la federación internacional para la disciplina en los Juegos Olímpicos de 1968. Con las mismas tácticas y estrategias vencimos al equipo azteca años después, en la final de La Habana 1982», rememoró.
A pesar del tiempo trascurrido, quien fuera presidente de la federación local por más de dos décadas no requiere forzar la memoria para recordar el primer evento nacional realizado por invitación en abril de 1971. Ocurrió en el terreno de béisbol número uno de la Ciudad Deportiva, ganado por un equipo de Camagüey.
Tampoco olvida el inicial enfrentamiento ante una escuadra foránea, un equipo del Club Vancouver, de Canadá, acogido por el Estadio Pedro Marrero. Esa vez vencieron a los visitantes en par de ocasiones y empataron un desafío.
«Dolió mucho cundo no pudimos asistir a una invitación de la federación de Chile en 1973, porque el dictador Augusto Pinochet dio el golpe de estado al presidente Salvador Allende y llenó de sangre a ese país», abundó.
Tampoco se borra de su memoria el “bautizo” de las chicas en los juegos multideportivos centrocaribeños de Ponce 1993, en Puerto Rico.
Después Cuba participó en disímiles certámenes internacionales, especialmente en los regionales y panamericanos. En La Habana 1991 recibieron el mayor respaldo que recuerden.
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz fue a verlos jugar en la hoy Escuela Nacional de Hockey Antonio Maceo, ubicada en Santiago de Las Vegas, municipio Boyeros.
«Encantado y feliz de haber visto por primera vez en mi vida un partido de hockey sobre césped este 13 de agosto de 1991. Me ha gustado mucho y agradezco la hospitalidad de los trabajadores de esta instalación», escribió el líder de la Revolución en el libro de visitantes.
«Ese día fue especial para todos nosotros. Nos sugirió prepararnos más fuerte para los eventos que se avecinaban. Estaba contento por cómo se desarrollaban los juegos panamericanos. Nos dejó el optimismo que siempre le acompañaba», destacó.
«Fidel ha sido el principal inspirador de mi generación y de las que nos han continuado. Soñó la escuela que hoy tenemos y más, porque de algún modo la que se construye en Ciego de Ávila es obra de su amor al deporte. Por eso este día, como en otros muchos, está presente en mí y en los que amamos el hockey», concluyó.
Coincidentemente, este 29 de mayo es doble el disfrute del “Moly”, como le llaman sus amigos. Su proyecto cruzó la media centuria y cumple 69 años de edad, la mayoría dedicados incondicionalmente al deporte revolucionario.