La Habana, 11 feb (JIT).- Un total de 16 gladiadores cubanos deben viajar el próximo 19 de febrero a Italia para cumplir una base de entrenamiento en Ostia e intervenir en la Serie de Ranking Matteo Pellicone, en Roma.
Luis de la Portilla, comisionado nacional de luchas, informó a JIT que 16 atletas partirían a suelo itálico con el propósito de reactivar la preparación olímpica, afectada en las últimas jornadas por la pandemia de la COVID-19.
Se incluyen todos los clasificados para los Juegos de Tokio, un total de 12 figuras, más los candidatos a obtener sus pasajes en el certamen preolímpico de carácter mundial previsto en Sofía, Bulgaria, en mayo.
Entre los ya asegurados para la lid nipona aparecen los grequistas Luis Orta (60 kg), Ismael Borrero (67 kg), Yosvany Peña (77 kg), Daniel Grégorich (87), Gabriel Rosillo (97 kg) y Mijaín López (130 kg).
Este último, tres veces campeón olímpico, no competirá en el Matteo Pellicone, pero aprovechará las estancias en Ostia y Roma para prepararse y observar a algunos de sus rivales.
Oscar Pino, tres veces medallista mundial, forma parte de la delegación y asumirá el fuerte torneo de la serie mundial, que aporta puntos al ranking global por divisiones.
Los libristas con pasaje a Tokio son Alejandro Valdés (65 kg), Geandry Garzón (74 kg) y Reineris Salas (97 kg). Sin embargo, se integran al grupo rumbo a Italia los conocidos Reineris Andreu (57 kg) y Yurieski Torreblanca (86 kg), aspirantes a boletos.
En la rama femenina tienen papeletas olímpicas Yusneilys Guzmán (50 kg), Lianna Montero (53 kg) y Yudaris Sánchez (68 kg), mientras Milaymis Marín (76 kg) apuesta a clasificarse en mayo próximo.
Los profesores Raúl Trujillo, Julio Mendieta, Filiberto Delgado y Héctor Milián comandarán al grupo en que también se incluyen el árbitro Manuel Rodríguez y el fisioterapeuta Camilo Llorca.
En enero, las selecciones cubanas de lucha pretendían realizar un circuito similar en Francia, pero la situación epidemiológica imperante lo impidió.
Este deporte tiene un serio compromiso rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio, en julio-agosto, de ahí que el tiempo restante sea un recurso clave.