La Habana, 5 nov (JIT) Describir lo sucedido durante la despedida del atletismo de los XIX Juegos Panamericanos resulta un reto. La probabilidad de encontrar el adjetivo correcto para calificar la actuación del relevo femenino de 4x400 metros, justo antes de caer el telón del certamen, termina siendo tan escasa como las de su triunfo en Chile.
En un Estadio Nacional con la mayor de sus concurrencias –los organizadores anunciaron 40 mil personas– las cuatro muchachas salieron dispuestas a terminar entre las premiadas. Poco imaginaron que serían las mejores de todas, las que sellarían con broche de oro la cosecha, aplaudible bajo cualquier circunstancia.
Zurian Hechavarría, Rose Mary Almanza, Sahily Diago y Lisneidys Veitía fueron las más rápidas, las más corajudas, las dueñas de un insuperable tiempo de 3:33.15 minutos.
Las campeonas mundiales de Silesia 2021 y finalistas olímpicas de Tokio 2020 no podían contar este sábado con Roxana Gómez, un importante pilar de aquella hazaña. Una lesión dejó a la cienfueguera fuera de la inscripción y hubo que reconfigurar la formación.
En contra también jugó el calendario, porque la carrera fue convocada en la misma fecha de la final de los 800 metros, en que estarían involucradas, con muy poco tiempo de diferencia, dos miembros del relevo. Para rematar, República Dominicana tendría disponible a nada menos que la campeona mundial de los 400 metros, la extraclase Marileidy Paulino, fresca para cerrar su estafeta.
Absolutamente nada limitó la entrega de las cubanas. Zurian hizo un esfuerzo supremo –no llegó aquí en óptima forma– para completar el tramo inicial sin ceder demasiado. Rose Mary comenzó con fuerza la remontada que terminaría concretando Sahily, minutos antes reina de la doble vuelta al óvalo. Y con la ventaja suficiente, Lisneydi aguantó el pulso a la Paulino, que descontó lugares hasta entrar segunda a la meta con crono conjunto de 3:34.27 minutos, por delante de Brasil (3:34.89) que completó el podio.
«Este es un triunfo de todas, un equipo y cada una es importante», aseguró Veitía, responsable de la entrada triunfal, una escena que no se disfrutaba en la Isla desde la edición de Guadalajara 2011.
Para Zurian fue una especie de redención, luego de quedar fuera del podio en los 400 metros con vallas. Pero nada hubiese sido posible sin el empuje de Rose Mary y Sahily, a quienes poco les importó el desgaste previo para echar el resto junto a sus compañeras.
La de 800 metros no fue una carrera fácil, muy bien corrida en lo táctico por ambas, pero cerrada con más fuerza por Sahily, la tercera cubana que domina esta distancia en citas multideportivas continentales. Antes solo lo habían conseguido Ana Fidelia Quirós (Indianápolis 1987 y La Habana 1991) y Adriana Muñoz (Santo Domingo 2003 y Guadalajara 2011).
«Un orgullo haber igualado a esas dos buenas corredoras. Venía por una medalla de cualquier color y me voy con dos de oro», confesó la matancera, feliz por haber firmado el resultado más importante de su trayectoria.
Aunque Rose Mary no pudo concretar un mejor remate, su presea bronceada también clasifica como uno de los resultados más agradables de la armada cubana en esta competencia.
El resto de la jornada no dejó más premios, pues el pertiguista Eduardo Nápoles finalizó quinto con marca de 5,40 metros; el martillista Ronald Mencía ancló octavo con 71,52 metros y Dacsy Brisón se fue sin marca en el salto de altura.
Mención aparte merecen los dos récords para estas citas marcados en el martillo por el monarca universal Ethan Katzberg, de Canadá, y la argentina Belén Casseta, en los 3 mil con obstáculos.
Katzberg superó tres veces la plusmarca panamericana para situarla definitivamente en 80,96 metros. La gaucha se adueñó del reinado con 9:39.47 minutos apenas cinco meses y medio después de convertirse en madre.
Los cubanos despidieron la justa atlética con siete medallas de oro, seis de plata y cinco de bronce, saldo solo superado por las escuadras de Estados Unidos (8-5-12) y Brasil (7-10-6).
Cierto que a la convocatoria no acudieron las grandes estrellas del continente en todas las especialidades. Quizás el área de lanzamientos fue la de mayor nivel competitivo. Esa es una de las variables a tener en cuenta para cualquier análisis, en cualquier caso positivo para el atletismo de la Isla.
Como dato destacable quedó el hecho de que de los siete cetros, cinco llevan el nombre de mujeres, capaces también de aportar 11 de las 18 medallas conquistadas.