Capablanca
La Habana, 20 nov (JIT).- Un José Raúl Capablanca inmortalizado por el talento del artista de la plástica Máisel López dará desde este 19 de noviembre la bienvenida a quienes visiten el Centro de Estudios de Ajedrez Isla, en La Habana.
No podía pensarse un mejor homenaje en el 136 aniversario de su nacimiento que repasar desde diferentes aristas toda su grandeza, convertida en fuente de inspiración para los pequeños que se acercan por primera vez al Juego Ciencia.
«Desde niño el ajedrez me ha inspirado. Siempre lo he jugado con pasión y Capablanca ha sido para mi un ídolo», aseguró Máisel a JIT, a la vez que por qué escogió para su pintura mural el título El Camino de Capablanca.
Desde su perspectiva, es ruta la representa un inmenso tablero, colmado de piezas y en cuya casilla final se encuentra el rey en que se convirtió el cubano en 1921, cuando ganó la corona mundial derrotando al alemán Enmanuel Lasker.
Capablanca –nacido en La Habana el 19 de noviembre de 1888– es la figura insignia del ajedrez en la Isla, además de un referente universal. La mayoría de los grandes jugadores que le sucedieron en el trono han considerado como imprescindible el estudio de su inconfundible estilo y visión del juego.
«No será el único Capablanca, porque es tanta mi admiración que pienso hacer otros en diferentes espacios relacionados con el ajedrez», adelantó Máisel, conocido por su serie Colosos que desde 2015 distingue con emotivos rostros infantiles espacios abiertos en la capital.
A la cita de este martes acudieron varios de los principales grandes maestros y maestros internacionales cubanos. Dylan Berdayes, Omar Almeida, Aramís Álvarez, Luis Manuel Pérez y Luis Lázaro Agüero estuvieron entre los que ofrecieron una sesión de simultáneas, convocada para la ocasión, junto a un tope online entre jugadores escolares de Cuba y Rusia
Niños y sus padres colmaron las aulas de la Universidad de las Ciencias de la Cultura Física y el Deporte Manuel Fajardo, sede del Isla, para entre todos honrar al más grande ajedrecista cubano de todos los tiempos.
Allí se jugó y se habló sobre ajedrez, con la certeza del inmenso legado que para la historia dejó el genial José Raúl Capablanca.
