Holguín, 20 jul (RHC) La fábrica de combinadas cañeras de Holguín planea inversiones que mejorarán su equipamiento, que serán fruto de la ascendente colaboración con China, orientada también a la fabricación de tractores y cosechadoras de cereales
Desde que el gigante industrial echó a andar hasta la actualidad, en sus talleres fueron fabricadas más de 10 000 máquinas, incluido un lote creado para cortar cereales (arroz y sorgo).
En el año 2000, antes de la restructuración de la industria azucarera, estaban en explotación en las áreas cañeras unas 6 500 unidades. Cerca de un tercio de esa cifra sigue siendo decisiva en las zafras. La mayoría responde a la nomenclatura KTP 2M, uno de los mejores modelos, según operarios a pie de campo.
Ahora el colectivo de trabajadores asume el reto de concluir en el 2017 tres cosechadoras CCA 5 000, ingenios de nueva generación que se abren paso con la participación decisiva de China. Es el alentador antecedente de lo que ocurrirá a partir del 2019, que marcará la arrancada de la producción en serie.
«Fue diseñada totalmente por especialistas del Centro de Desarrollo de la Maquinaria Agrícola (Cedema) de Holguín. El propósito de fomento de este modelo es dotar a Azcuba de un parque de máquinas de altas prestaciones, con niveles de productividad y fidelidad técnica similares a las mejores de su tipo fabricadas en otros lugares», argumenta el ingeniero Reinier Morales Mora.
Hábiles en el manejo de metales y aptos para seguir sacando provecho de la maquinaria en uso, los trabajadores dan actualmente respuesta a diversos programas de interés nacional, explica el director del centro, Pedro Romay Sardiñas.
Es prioridad el encargo de piezas de repuesto para las combinadas en explotación, que consta de 35 000 unidades a entregar en el año en curso. Entre ellas hay componentes esenciales de los sistemas de transporte y elevación de la caña.
Continúan fabricando cajas del tipo ampirol, empleadas en la recogida de desechos sólidos. Las hacen en tres variantes y tienen buena aceptación por la calidad. Con iguales propósitos y resultados producen remolques. Son esenciales para las labores de higienización en todo el país.
Cumplen lo pactado en cuanto a la producción de compuertas para los sistemas de riego de los establecimientos cosechadores de arroz. Sucede lo mismo con máquinas de confeccionar bloques y molinos de martillo con destino a la producción local de materiales de la construcción.
El actual año marcha bien. El plan de ventas del primer semestre superó los seis millones de pesos. Pedro Romay, director de la fábrica, asegura que mantienen la mirada puesta en la correspondencia entre la producción en valores y en unidades físicas.