Por Jane Chung y Tom Westbrook (Reuters)
Los aranceles que propone el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a las importaciones de acero y aluminio podrían desatar represalias de otras economías y costar empleos, dijo el viernes el ministro de comercio de Australia, mientras que China predijo perjuicios al comercio si otros países siguen ese ejemplo.
Los temores de una creciente guerra comercial agitaron los mercados asiáticos y afectaron especialmente a los precios de las acciones de los productores de acero y los fabricantes que venden sus productos a Estados Unidos.
Los futuros de las acciones estadounidenses apuntaban a una apertura estable el viernes después de una fuerte caída tras el anuncio de Trump del jueves.
Trump dijo se anunciarían formalmente aranceles del 25 por ciento sobre el acero y el 10 por ciento sobre el aluminio la próxima semana, aunque autoridades de la Casa Blanca dijeron más tarde que aún era necesario ultimar algunos detalles.
“La imposición de un arancel como este no hará más que distorsionar el comercio y, en última instancia, creemos que conducirá a una pérdida de empleos”, dijo el ministro de Comercio de Australia, Steven Ciobo, a periodistas en Sídney.
“Me preocupa que, a raíz de acciones como esta, podamos ver represalias implementadas por otras economías importantes. Eso no es de interés de nadie”, agregó.
Australia, que ha defendido el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica del que Trump retiró a Estados Unidos, ha buscado una exención para sus exportaciones de acero y aluminio a los Estados Unidos, agregó Ciobo.
“Todas las industrias siderúrgicas y de aluminio de los países enfrentan dificultades”, dijo la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, en una conferencia de prensa en Pekín.
“China insta a Estados Unidos a que muestre moderación al usar medidas comerciales proteccionistas, respetar las normativas comerciales multilaterales y hacer una contribución positiva al orden comercial internacional”, agregó.
El acero se ha convertido en un tema clave para Trump, quien se comprometió a revitalizar la industria estadounidense y castigar lo que él considera prácticas comerciales desleales, sobre todo por parte de China.
Aunque China sólo representa el 2 por ciento de las importaciones de acero de Estados Unidos, su enorme expansión industrial ha contribuido a un exceso mundial de acero que ha hecho bajar los precios.
Corea del Sur, el tercer mayor exportador de acero a Estados Unidos después de Canadá y Brasil, dijo que continuará hablando con funcionarios estadounidenses hasta que se materialicen los planes de aranceles de Washington.
Canadá, Brasil y la Unión Europea dijeron que analizarán la posibilidad de tomar medidas sobre las tarifas.