Sancti Spíritus, 15 may (RHC) «El primer día puse todas las luces y mi hijo me preguntó por qué lo hacía. Y es que bastante tiempo estuve a oscuras. Sólo tenía un radiecito de pila. Viví loca desde el año 1962 porque esto llegara. EL Comandante en Jefe no los prometió y yo sabía que él nunca falla», dice Carmen Marcos, residente en Guanayara Arriba, en Trinidad, horas después que gracias a un programa sustentado en el uso de energía renovable su vivienda fue electrificada.
Como ella, pobladores de puntos intrincados de la geografía espirituana como Topes de Collantes, Limones Cantero, Los Cerros, Santa Rosa y Manacal han dejado atrás aquellas jornadas, donde un quinqué o chismosa raída por el tiempo eran sus únicas acompañantes en las noches. Ahora conocen los rostros de los presentadores de las noticias y hasta siguen las novelas de turno, resalta Juventud Rebelde.
«Imagínate antes te enterabas por otra gente de lo que pasaba. Ahora sí ya nadie nos puede hacer un cuento y cuando venga un ciclón estaremos más informados», asegura Yosvany Pereta, otro beneficiado.
Pero llegar hasta esos intrincados parajes, donde para no pocos era una utopía electrificar no fue cuestión fácil. Un video que realizara Dassiel Leal, especialista de la Empresa Eléctrica en Sancti Spíritus, delata que subir en mulos o a caballo precisa de entrenamiento.
«Eran más de tres horas muchas veces subiendo, incluso por terrenos pedregosos. No había otra forma de llegar hasta allí. El cansancio y la fatiga de los días sin descanso sólo eran retribuidos con la alegría cuando se prendían las bombillas», refiere emocionado como si aún recorriera los inhóspitos terrenos.
Al llegar con las arrias de mulo, cargadas con los módulos, las localidades no dudaron en demostrar su alegría cuando se esparció la luz, tras desembolsar equipos, apretar tornillos y tuercas, subir a pequeñas alturas los paneles.
«Desde que supimos que vendrían nos preparamos para ayudarlos. Esto ha sido lo más grande que nos ha pasado», contó Amelia Brito con brillo en sus ojos.
De acuerdo con Reinier Hernández, especialista de la Empresa eléctrica, cada módulo solar de 250 watt cuenta con cinco extensiones de seis, nueve y 15 metros. Además, posee cinco lámparas LED y se puede instalar en cada uno, un televisor, una radiograbadora, un DVD; equipos todos bajos consumidores.
«Se les ha explicado que hornillas, refrigeradores y otros altos consumidores no pueden usarse porque demandan mayores voltajes. La tarifa de pago mensual es de 10 pesos y el mantenimiento del equipo recae por la Empresa Eléctrica. Ante cualquier avería deben informarnos y acudiremos de inmediato», añadió.
De acuerdo con Misael Rodríguez Márquez, director de la Empresa Eléctrica en Sancti Spíritus, con esta estrategia se llega al ciento por ciento de electrificación, aunque se registran siete viviendas cuyos pobladores no accedieron a la instalación de los paneles solares.
Desde el 2016 y hasta la fecha se han beneficiado 609 viviendas con ese servicio, única vía para las zonas intrincadas.
«Después de varios censos, apostamos por volver a revisar cada palmo de las localidades porque la misión era no dejar a nadie sin el servicio. Y lo logramos, a pesar de las adversidades del terreno y las lluvias. Hoy todo el sector de nuestro territorio se siente muy satisfecho, sobre todo porque cumplimos con un sueño de Fidel Castro», expresó el directivo.
(Juventud Rebelde)