La Habana, 20 ago (RHC) Cuba inmersa en un programa de recuperación económica debido al impacto de la pandemia de Covid-19, actualiza su marco jurídico con el fin de diversificar los actores y los destinos de su comercio exterior.
En días recientes, y en apoyo a las formas de gestión no estatal, nació un paquete normativo que rige las operaciones entre estas y las empresas estatales ya dedicadas a la actividad.
La nueva regulación, en la que intervienen diversos organismos tales como el Banco Central de Cuba y los ministerios de Economía y Planificación, el de Finanzas y Precios y el de Comercio Exterior, y disponible en la Gaceta Oficial de Cuba del 17 de agosto, establece los pasos requeridos para insertarse en el intercambio internacional.
Durante el pasado mes julio, el ministro de Economía, Alejandro Gil, informó acerca de la aprobación para exportar, e importar, a actores del ámbito privado.
A través de 37 empresas estatales, cooperativistas y cuentapropistas, por ejemplo, podrán adentrarse con nuevos productos y servicios al portafolio cubano de ventas.
De acuerdo con entidades gubernamentales, se definieron 382 formas de gestión no estatal, de todas las provincias del país, con potencial en sectores como el agroalimentario, la artesanía, la construcción, aves ornamentales, productos plásticos, juguetes didácticos, servicios de talabartería, restauración, cristalería y tapicería, entre otros.
Asimismo, con el objetivo de estimular la exportación, la sustitución de importaciones y el encadenamiento productivo, el Ministerio de Economía aprobó una resolución, la 115, para el perfeccionamiento del sistema de asignación de liquidez del Plan de la economía nacional.
La disposición refiere que el sistema busca dotar de mayor libertad a las entidades para gestionar las divisas y asumir la responsabilidad por sus resultados productivos; garantizar autonomía real a los negocios con inversión extranjera y favorecer métodos financieros, y no administrativos, para la conducción de la economía.
Igualmente, para el aseguramiento de bienes y servicios, la exportación y el encadenamiento productivo, la norma explica que se crean fondos de interés estatal para el financiamiento a los productores nacionales capaces de atraer el interés del mercado extranjero.
Tales fondos, estipula, persigue financiar las necesidades de liquidez de la producción nacional, con el propósito de disminuir el componente importado de la economía.
Al nuevo marco aprobado se incorporan, asimismo, las formas de gestión no estatal.
Los empeños legislativos del gobierno cubano quieren desbrozar el camino, manifestado continuamente por la máxima dirección del país, a una mayor oportunidad para la exportación de bienes cubanos y una mejor interrelación entre las industria domésticas.
A este esfuerzo esta se suma, además, el surgimiento de la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE).
La herramienta, manifestó oportunamente el ministro del ramo, Rodrigo Malmierca, logra reducir el 50 por ciento de todos los trámites requeridos para la actividad sin que se viole la legislación vigente.
Su misión no es otra que la de facilitar la gestión de empresarios cubanos y extranjeros participantes en las operaciones de compra-venta internacional con la agrupación, en una única plataforma, de 97 autorizaciones entre leyes, decretos, reglamentos, y otros procedimientos.
Aún en su primera fase, la VUCE constituye un impulso importante para el sector pero, una vez concluida por completo su implementación, resultará informatizada toda la cadena de comercio exterior en una especie de gestión integrada en línea para la obtención de todos los permisos previos y de despacho.
Dentro de estos esfuerzos no deben resultar soslayados los aportes que se deriven de la Política de Desarrollo Territorial.
Según el ministro de economía cubano, se desprenderá de esta un máximo aprovechamiento de los recursos endógenos del territorio, como las tierras, la capacidad industrial y la ciencia, cuyos aportes también podrían acrecentar la presencia de productos y servicios cubanos en el mercado internacional.
Los avances normativos ya implementados, y los restantes aún por llegar, no son sino el pavimento por el que deben correr los empeños de un país con mucho potencial en materia exportable. (Fuente: Prensa Latina)