Washington, 3 dic (RHC) Un reciente diálogo entre Donald Trump y el mandatario de Taiwán, Tsai Ying-wen, es visto aquí como una provocación del presidente electo de Estados Unidos a China.
La conversación telefónica de marras sorprende, pues Washington reconoce la soberanía de Beijing sobre Taiwán, territorio con el cual la Casa Blanca cortó sus relaciones en 1979.
Fuentes allegadas aseguraron al portal Huffington Post que Tsai felicitó a Trump por su victoria y ambas partes discutieron sobre los nexos conjuntos en materia económica, política y de seguridad.
"Beijing considerará la llamada una acción altamente provocativa, que dañará su percepción sobre las intenciones estratégicas de Trump", estimó Evan Medeiros, ex-director de Asia en el Consejo de Seguridad Nacional.
"Ya fuera deliberada o accidental, con este movimiento Trump da fundamento a la larga tradición de desconfianza y enfrentamiento estratégico entre ambos países", agregó el experto.
El polémico magnate inmobiliario aseguró vía Twitter que Tsai lo llamó a él, y luego ironizó sobre quienes le sugirieron que rechazara la felicitación, pese a los negocios millonarios con Taiwán.
"Es interesante cómo Estados Unidos le vende miles de millones de dólares en equipos militares a Taiwán, pero yo no debería aceptar una llamada de felicitación", tuiteó el futuro presidente.
Sin embargo, el periódico Taipei Times publicó que la llamada fue concertada por Trump, en tanto la administración de Barack Obama ratificó en un comunicado su respaldo a la política de "Una China".
A su vez, el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, descartó un cambio en la política de Estados Unidos respecto a Taiwán, por ser la piedra angular de unas relaciones sanas.
Esta semana Trump se comunicó con líderes de países que tuvieron una relación tensa con Obama, como el pakistaní Nawaz Sharif, el kazajo Nursultan Nazarbayev y el filipino Rodrigo Duterte.