La Habana, 22 abr (RHC) Un total de 45 millones de franceses están llamados este domingo, 23 de abril, a las urnas para decidir quién será el sucesor del presidente socialista, François Hollande, durante los próximos cinco años.
En caso de que ninguno de los candidatos logre la mayoría absoluta, algo que se da ya por hecho, será necesaria una segunda vuelta entre las dos opciones más votadas, que se celebrará el 7 de mayo.
Las elecciones presidenciales francesas se llevan a cabo mediante un sistema de dos vueltas, introducido en 1962 por el entonces presidente Charles de Gaulle. Este método ha permitido que los partidos tradicionales hayan gobernado el país durante los últimos 50 años, acabando con cualquier opción de los partidos de extrema derecha y extrema izquierda en la segunda vuelta.
Sin embargo, los comicios que se celebran este domingo son los más impredecibles de la historia reciente de Francia y podrían poner fin al bipartidismo. En esta primera vuelta, once candidatos se presentan a las elecciones y los cuatro favoritos - Emmanuel Macron, Marine Le Pen, François Fillon y Jean-Luc Mélenchon - llegan a las urnas empatados técnicamente, según las encuestas. El candidato socialista, Benoît Hamon, no está entre ellos.
Principales candidatos y propuestas
- Emmanuel Macron. Partido: En Marche!
El ex ministro de Economía del Gobierno de Hollande es el gran favorito para alcanzar la Presidencia francesa. Macron, de 39 años, asegura que su programa es socioliberal, es decir, progresista en cuestiones sociales y liberal en lo referente al sector económico y empresarial. Por ello, defiende abiertamente el mercado único y la Unión Europea.
- Marine Le Pen. Partido: Frente Nacional
La hija del fundador del partido de extrema derecha Frente Nacional es otra de las grandes favoritas. Le Pen, de 48 años, defiende la política de "los franceses primero", un formato que ya utilizó el presidente estadounidense, Donald Trump, en campaña. Así, propone acabar con la libre circulación de personas, limitar la llegada de inmigrantes, erradicar el islamismo, abandonar el euro y un referéndum para la salida de Francia de la Unión Europa.
- François Fillon. Partido: Los Republicanos
El ex primer ministro de Nicolas Sarkozy durante cinco años se postulaba hace unos meses como el candidato preferido hasta que se destapó el caso sobre los supuestos empleos ficticios de su mujer y sus hijos, además de ser imputados por malversación de fondos públicos y apropiación indebida de bienes sociales.
El candidato conservador, de 63 años, presenta un programa liberal en el que promete rebajas de impuestos por importe de 50.000 millones de euros. Fillon promete una reducción de un 25 por ciento de los impuestos empresariales y recortes en la fiscalidad de los hogares, así como un aumento del IVA y elevar la edad de jubilación más allá de los 65 años.
- Jean-Luc Mélenchon. Partido: Francia Insumisa
La gran sorpresa de estas elecciones, ya que su candidatura se ha posicionado con fuerza en las últimas semanas y las encuestas lo sitúan entre los cuatro favoritos. Sus ideas de justicia tributaria, poner fin a la austeridad y crear un nuevo orden ecológico, que incluiría sacar a Francia de la energía nuclear, lo han convertido en el candidato preferido de los jóvenes.
Las encuestas: Macron y Le Pen, favoritos
Los sondeos que se han realizado esta última semana revelan un empate técnico entre los cuatro aspirantes al Elíseo, aunque Macron y Le Pen siguen encabezando la intención de voto de los franceses. Según la encuesta de Cevipof para 'Le Monde', publicada el miércoles, los dos candidatos serían los ganadores de la primera vuelta con un 23 por ciento y un 22,5 por ciento de los votos, respectivamente. Sin embargo, el 7 de abril, en unos comicios ya solo entre ambos, Macron conseguiría la Presidencia francesa con más del 60 por ciento de los votos.
No obstante, hay que tener en cuenta que la diferencia que tienen Macron y Le Pen con Mélenchon y Fillon es de entre solo tres y cuatro puntos, es decir, es ligeramente superior al margen de error que tienen las encuestas, aunque tras el Brexit y la victoria de Trump estas no gocen en los últimos tiempos de mucha credibilidad.
Así, lo que parecía que iba a ser una contienda entre dos ideologías antagónicas, el liberalismo de Macron frente al proteccionismo de Le Pen, se ha convertido en una lucha a cuatro con un final impredecible. Lo único que está claro es que ninguno de los candidatos a la Presidencia conseguirá la mayoría necesaria (50%) este domingo, por lo que se celebrará una segunda con los dos candidatos más votados.
Además, una encuesta de Odoxa para France Info, publicada el 14 de abril, sitúa la tasa de indecisos en el 32 por ciento, lo que aumenta aun más si cabe la incertidumbre sobre el resultados de la primera vuelta. A este hecho, se suma que solo el 66 por ciento de los votantes están seguros de a qué candidato van a votar, según otra encuesta de Ipsos Sopria-Steria para Le Monde. Este datos está muy por debajo del 79,5 por ciento de participación en la primera ronda de las elecciones de 2012.
La crisis política francesa
Así, Francia llega a estas urnas con tres candidatos aspirando a la presidencia que no forman parte de los partidos tradicionales. Esta crisis política es la consecuencia directa de una situación económica en la que nada ha mejorado ni nada ha cambiado para los franceses en los últimos tiempos: uno de cuatro jóvenes franceses están desempleados y, de los que tienen un puesto de trabajo, pocos pueden gozar de la calidad de vida que disfrutaron sus padres.
Para Miguel Ángel Benedicto, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea, hay una crisis política que afecta, sobre todo, "a la socialdemocracia europea". "Lo vimos con el Pasok en Grecia, recientemente en las elecciones holandesas, en las que el Partido Socialista se desplomó, y lo estamos viendo ahora en Francia, donde las encuestas auguran al candidato socialista un batacazo enorme".
A pesar de que muchos de los problemas que tiene Francia no son nuevos y llevan gestándose durante décadas, ni la derecha ni la izquierda tradicionales han sido capaces de enfrentarse a ellos. Además, los recientes atentados terroristas en suelo francés han alterando los nervios de los ciudadanos, que se han visto obligados a vivir bajo un estado de emergencia casi permanente.
Le Pen, Macron y Melenchon son fruto de esa inactividad política, ofreciendo sus particulares soluciones desde ideologías completamente antagónicas. "Hay una crisis de los partidos tradicionales. La gente parece que está castigando a lo que han sido las élites políticas tradicionales, y eso podemos verlo claramente en estas elecciones", explica Benedicto.
Unos comicios clave para la Unión Europea
Por su parte, la UE está muy pendiente de los resultados de estas elecciones. Después de que los británicos votaran en referéndum su salida del bloque, una victoria de Le Pen o Mélenchon, que contemplan la posibilidad de seguir esta misma senda, supondría un duro golpe para las instituciones europeas.
Así, el triunfo de Macron sería una gran noticia para los dirigentes europeos, después del voto proteccionista que dio la victoria en 2016 al Brexit y a Donald Trump. "Apuesta por una UE más integrada, apuesta por esa UE a varias velocidades y por una mayor integración económica y política de la UE. Claramente es el favorito de las instituciones europeas", asegura Benedicto.
En el lado contrario, Marine Le Pen y Melenchon, cuya victoria haría temblar de nuevo los cimientos de la UE, además de los mercados, ya que confirmaría el auge de los partidos 'antiestablishment'. Además, los 27 difícilmente podría soportar otro referéndum para abandonar el bloque, cuando todavía tienen por delante la difícil tarea de negociar con Reino Unido su salida de la Unión. (María Jesús Vigo Pastur / RT)